Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Sosteniendo lo que somos

"La primera impresión es la que vale" dice un viejo refrán. Sea que estés en tu primera cita amorosa, en una entrevista de trabajo o corriendo para algún puesto. Decía el padre de la psicología moderna que, cuando miramos a una persona, inmediatamente formamos una impresión de su carácter. Una mirada y unas pocas palabras son suficientes para contarnos una historia de algo complejo.

Como cristianos, tenemos que dar una buena impresión en el mundo y reflejar la imagen de Dios dondequiera que estemos. Muchas personas tratan de impresionar a otros con su personalidad, dinero, casa, éxito y estatus. Jesús produjo una buena impresión en los demás. La gente se maravillaba de su doctrina, admiraba su mensaje y se sentía atraída hacia él como un imán. Sus palabras eran congruentes con su estilo de vida. Jesús sostenía lo que enseñaba con lo que hacía.

Como cristianos, estamos llamados a dejar huellas que reflejen la vida equilibrada que El Nazareno vivió. El apóstol Pablo escribió a sus amigos de Filipo, "lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced" (Filipenses 4:9).

Hay cuatro áreas que debemos observar para mantener sostenibilidad a lo largo de nuestra vida. Primero, lo que otros aprenden de ti con tu ejemplo. Habrá gente que nunca te saludará o conversará contigo, pero te verán de lejos en la calle, el consultorio y el supermercado. El poder de tu conducta dejará una huella que perdurará toda la vida.

Segundo, lo que otros reciben de ti a través de tu generosidad. Esta no es necesariamente una práctica monetaria, sino una actitud del corazón. Tercero, lo que otros escuchan de ti con lo que dices. Debemos hablar palabras a otros que dejen marcas de amor y gratos recuerdos en el corazón de los demás, enfocándonos siempre en hablar conforme a la Palabra de Dios.

Finalmente, lo que otros ven de ti por medio de tus acciones. Pablo escribió, en la carta a los Filipenses, que aquello que ellos aprendieron, recibieron, oyeron y vieron en él, esto ellos debían hacer. Él les dejó un ejemplo visual y les pide que ellos hagan lo mismo con los demás a través de su conducta. Nuestras acciones hablan más que la ropa que usamos, que el estatus que hemos alcanzado, el dinero que damos y los sermones que predicamos. A veces el acto más sencillo de bondad o brusquedad puede dejar un impacto a largo plazo.

Nuestra primera impresión debe ser siempre que reflejemos a Cristo en todo lugar. Él fue el más grande ejemplo de sostenibilidad, porque se mantuvo firme en la verdad, no solo enseñándola sino viviéndola. Jesús pudo impactar a la gente porque hablaba como quien tiene autoridad pero, al mismo tiempo, con un inmenso amor que transformaba los corazones. Él mantuvo el equilibrio entre la verdad y el amor. No solo impactó a su generación, sino que, incluso dos mil años después, sigue impactando nuestras vidas a través de sus palabras y acciones

Tags relacionados