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Una copa, y no para brindar

Apesar de que la regla es una parte "natural" de la mujer, no se puede negar el impacto negativo medioambiental que tiene en el planeta debido a los residuos procedentes de tampones y compresas. Sin embargo, existe un método que no solo resulta más sano, sino que es a migable al ambiente: la copa menstrual.

Utilizar este producto higiénico tiene numerosas ventajas que van desde el ahorro económico, hasta la sostenibilidad o reducción del consumo de productos no desechables.

La copa, al tratarse de un material reutilizable que, con un cuidado y esterilización adecuada, cada mujer podría utilizar durante su edad fértil. De tan solo tres o cuatro unidades, es el aliado ideal para ayudar al planeta, en comparación a los miles de tampones y compresas que una mujer probablemente usería durante este lapso, que sería de alrededor de 7,500 kilos, según la agencia de noticias EFE.

El proceso de limpieza, luego de utilizarla, es sencillo, puesto que solo es necesario tener agua caliente para hervirla, con tal de higienizarla. Su costo es relativamente cómodo y tiene una vida útil de hasta 10 años, lo que la hace una inversión rentable.

La recogida del flujo menstrual con este tipo de recipientes reduce y elimina los "plásticos y componentes químicos" contenidos en los demás productos de higiene femenina. Así, se libra al medioambiente de la futura descomposición de materiales contaminantes que, en algunos casos, puede prolongarse hasta por 300 años.

No obstante, a pesar de las claras ventajas que ofrece el uso de la copa menstrual, aún quedan varios tabúes y mitos al respeto que, con la consulta al ginecólogo, quedarán satisfactoriamente desmontados, pues la sociedad científica respalda el uso responsable de este producto.

Dudas frecuentes

Algunas hablan sobre el silicón, pero es necesario recordar que se utiliza de tipo médico para no afectar la salud. Otras plantean el tema de la cantidad de flujo, y es preciso apunta que la copa sí tiene una postura segura y que colecta más de lo que parece. Para varias está la preocupación de "sentir algo ahí", y lo cierto es que, siempre que esté bien colocada, no se sentiría absolutamente nada en la zona vaginal.

Todavía queda seguir apostando por la "sostenibilidad" en una materia que sigue creando muchas dudas, pese a la información con la que se cuenta.

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