Cómo es la relación con un animal de compañía

Existe otro tipo de amor del que tradicionalmente se habla poco: el afecto que sienten los dueños hacia sus mascotas ‘perrunas’ y ‘gatunas’.

Perros y humanos, un afecto mutuo. Foto Fundación Affinity

Perros y humanos, un afecto mutuo. Foto Fundación Affinity

Sentimos amor hacia nuestra pareja, nuestros hijos y familiares más cercanos, nuestros amigos. Amamos la vida y la naturaleza.

Además de estos sentimientos, existe otro tipo de amor del que tradicionalmente se habla poco, aunque para quienes lo experimentan puede ser tan poderoso como el que se siente hacia una persona: el afecto que sienten los dueños hacia sus mascotas ‘perrunas’ y ‘gatunas’.

Estos animales a su vez quieren incondicionalmente a los seres humanos con quienes conviven en una estrecha y permanente relación, pasando juntos muchas horas a diario, y compartiendo diversas experiencias cotidianas y estados de ánimo.

Un animal de compañía es un ser querido que está muy presente en nuestra vida. Es un familiar 'peludo' que está con nosotros día tras día, dándonos calor cuando hace frío y consuelo cuando estamos tristes, según Laura Vidal, especialista en gestión del duelo animal (www.huellaemocional.es).

Señala que “con pocos seres podemos tener una cercanía mayor que con los animales que viven con nosotros, a los que vemos cada día, durante muchísimas horas y durante muchísimos años".

“Los animales pasan a formar parte de nuestro núcleo familiar más cerrado. Son de esos miembros del círculo que se quedan dentro de casa cuando cierras la puerta por la noche. Son nuestra familia más cercana", destaca esta experta.

“Hoy en día ya se está hablando de familias interespecie o multiespecie, familias en los que los animales son considerados como un miembro de pleno derecho en el entorno familiar. Incluso hay familias formadas, simplemente por un humano y un animal”, explica Vidal a EFE.

Un vínculo afectivo muy poderoso.

“Desde el punto de vista del vínculo afectivo, las relaciones que las personas establecen con sus animales de compañía son perfectamente comparables a las que tienen con otras personas”, señala Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en Cataluña, España.

Señala que “la mayoría de las personas consideran a sus animales miembros de su familia y los sitúan en el núcleo de sus relaciones sociales”.

“Lógicamente las diferencias más importantes las encontraremos en las actividades compartidas y en el tipo de interacción que la persona tiene con el animal. En otras palabras, el vínculo es comparable al que se establece con un humano, pero con una puesta en escena distinta”, puntualiza Fatjó .

“Los animales de compañía son una fuente muy importante de apoyo social para las personas, sobre todo en momentos de dificultad. Y el apoyo social es uno de los principales predictores o factores que ayudan a predecir, una buena salud, tanto física como mental”, según este médico veterinario, profesor de psiquiatría y experto en comportamiento animal.

Señala que un animal de compañía “es alguien con quien compartimos actividades lúdicas, que nos consuela cuando no nos sentimos bien, que al recibir nuestros cuidados nos hace sentir útiles y que hasta actúa como un confidente al que decimos cosas que no nos atrevemos a decir a nadie más”.

Demostrarle amor a nuestra mascota.

Consultado por EFE sobre cómo demostrarle nuestro amor a nuestro perro de compañía, Fatjó señala que “en primer lugar, resulta importante colocarnos en el lugar del animal para entender qué es aquello que lo hace realmente feliz”.

“Muchas veces tomamos decisiones basadas en nuestras preferencias o forma de ver la realidad, que es muy distinta a la perspectiva que tiene nuestro animal de compañía”, apunta.

“Para el perro el mejor regalo será siempre nuestra compañía y aquellas actividades que puede realizar junto a nosotros. Una sesión de juego o un paseo por su lugar favorito son dos de los mejores regalos que podemos hacerle”, sostiene.

En cuanto a aquello que podemos comprar, Fatjó sugiere adquirir uno de los denominados juguetes interactivos para perros. “Hay muchos en el mercado y son una forma excelente de estimularlos física, pero sobre todo mentalmente”, explica.

Para demostrarle amor a nuestro gato de compañía, Fatjó indica que “al igual que ocurre con el perro, es importante colocarnos en el lugar del gato para entender sus necesidades reales”. “De nuevo, una sesión de juego será uno de los mejores regalos que le podemos hacer a nuestro gato” señala.

En cuanto a aquello que se puede comprar a un gato, Fatjó considera que “un juguete interactivo diseñado para estos animales es una muy bruna opción”.

“Otra posibilidad puede ser una torre de interacción a la que el gato pueda trepar. Muchas de estas estructuras incluyen rascadores y espacios donde el gato puede guarecerse, por ejemplo, cuando quiere algo de privacidad”, propone a EFE.

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