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MODALES

Reglas de etiqueta: protocolos básicos para los millennials y los Z

Rocío RegaladoSanto Domingo, RD

Las denominadas generaciones millenials o cristal y los Z tienden a relajar sus normas de comportamiento en más ocasiones de las debidas. No consideran que sea necesario acatar algunas normas básicas que para las generaciones anteriores eran esenciales.

Aunque el tema a mí me daría para escribir un libro o manual, cosa que no descarto ya completo para refrescarles a esta generación que avanza a milésimas de segundo por horas con la tecnología en su manos ya sea 7 g o 6 g en fin, hoy quiero compartir algunas de las reglas más básicas de comportamiento y cortesía para poder 'andar por la vida' con educación y saber estar.

Respeto a todo el mundo, sobre todo a los mayores

Relacionarse con otras personas supone respetar unas mínimas reglas de cortesía. Una de las batallas que libramos los Xenials o denominados X, los baby boomer con los Millenials y Z es precisamente dirigirse a otra persona con respeto, sobre todo, si es una persona mayor. Cuando hablo de mayor me refiero a la tercera edad, pero ellos se refieren a éstas como obsoletas o adultos xenial o boomer. Desgraciadamente, cada vez es más frecuente ver situaciones en las que la pérdida de respeto por parte de muchos jóvenes es patente.

Una muestra de respeto y de buena educación es levantarse del asiento, abrir la puerta de cualquier centro o lugar donde va una dama o cuando se acerca una dama o una persona mayor. Inclusive, para saludar a un recién llegado es un buen gesto levantarse.

Seguramente que, en algunos casos, este 'mal comportamiento' es por una falta de conocimiento, pero en muchos otros casos es simple dejadez y falta de habilidades sociales para tratar con los demás. Al ir tan rápido, en muchas ocasiones, repito la educación viene del hogar (así como va la cabeza va el cuerpo), por tal razón los padres deben reforzar un poco el tema de los valores humanos, buenos modales y urbanidad.

Es aconsejable seguir utilizando los tratamientos de cortesía

Utilizar el tratamiento de usted, el señor o la señora e incluso el don, es una regla de cortesía que no se debería perder. Es una forma de mostrar respeto hacia la otra persona. Aunque parezca que da lo mismo, no lo es. Hay que aprender a respetar 'las distancias verbales'. Cuando la gente quiere un tratamiento más cercano, lo dice. Pero es correcto esperar a que lo indique la persona con la que se está conversando.

Ceder el paso o abrir una puerta, una buena costumbre

Hay personas que siguen pensando que este tipo de acciones son anticuadas o incluso machistas, cuando se hacen con una mujer. ¡Qué gran error! La cortesía es buena educación, sin ningún otro matiz que se le quiera dar. Ceder el paso a una persona mayor o a una mujer, abrir una puerta, ceder la derecha, sujetar una puerta, etcétera, son gestos de cortesía. No hay que darle más vueltas.

Saludar con un apretón de manos... si es posible

Durante la pandemia el apretón de manos quedó en segundo plano. Ahora que hemos vuelto a la 'nueva normalidad' y es un acto de cortesía que espero se recupere, debemos seguir utilizándolo. Nada de besos, abrazos, palmaditas en la espalda y gestos similares con personas a las que no se conoce. Cuidado con hacer algunos gestos que están fuera de lugar al saludar. Hay jóvenes y millennials que tienen un 'lenguaje' muy peculiar a la hora de saludar, pero deben dejar estos gestos solo para tratar con personas de su generación. Para el resto, hay que ser más tradicionales con el saludo.

Las palabras 'mágicas': por favor y gracias

Los jóvenes deben tener en cuenta que es muy importante no olvidar las palabras "por favor" y "gracias". No cuesta nada pedir las cosas 'por favor' o dar las 'gracias' como respuesta a una atención, a un gesto de cortesía o a una ayuda recibida. Además, no hay que olvidarse de responder a un 'gracias' con un "de nada". Hay otras muchas palabras como perdón, disculpe, permiso, etcétera, que deberían estar en el vocabulario de los jóvenes.

Vestirse adecuadamente es complicado para las nuevas generaciones

Los jóvenes están utilizando su vestuario como una forma de expresión, como seña de identidad e incluso como una forma de protesta. Todo el mundo sabe que el vestuario proyecta una determinada imagen, pero también puede demostrar respeto. Cuando hay que acudir a cierto tipo de eventos o ceremonias, hay que respetar el 'dress code' o normas de etiqueta. No es el momento de poner en valor algún tipo de reivindicación, manifestación o protesta.

En la mesa, las manos a la vista

Se está convirtiendo en algo común que los jóvenes tengan en sus manos todo tipo de 'tecnología': celulares, headphones, laptops, tablets y, por lo tanto, las manos están 'escondidas'. Cuando se sienten a la mesa, las pasión por la tecnología, o diríamos obsesión, bien guardadas y las manos sobre la mesa.

Cuando sirvan la comida hay que esperar a que sirvan a los demás, salvo que el plato sea 'delicado' y haya que tomarlo de forma inmediata. O bien, en mesas muy grandes de banquetes o celebraciones similares, donde únicamente se suele esperar a que estén servidos los compañeros de al lado, los que están a su alrededor.

Si invitas, atiende a tus invitados

Vivimos en una época en la que todo se celebra y hasta los acontecimientos familiares más adversos se socializan, como por ejemplo, celebrar un divorcio o una separación. Pero en el caso que nos ocupa de los jóvenes, cualquier excusa es buena para montar una fiesta. Lo que se olvidan es que quien organiza una fiesta se debe ocupar de sus invitados. Y más si eres el anfitrión.

¿Nos pueden prestar un poco de atención?

Prestar atención es una forma de mostrar respeto y educación por la persona que habla. La llegada de los celulares y tablets ha dado un vuelco importante al hecho de prestar atención. Ahora, ya no se distrae uno mirando por la ventana, mirando al techo o viendo el vuelo de una abeja o avispa, no. Ahora miramos a las pantallas de los celulares y sus infinitas redes redes sociales. ¡Mal hecho! Cuando estamos conversando, en el auditorio, en un evento social o con otras personas, los celulares deben permanecer en el bolsillo o, de tenerlo en sus manos, trate de controlar su vicio de redes.

Tengo un experiencia que viví con una amiga recientemente. En uno de los eventos donde tuve la oportunidad de organizar el protocolo, resulta que un empresario muy distinguido y hasta ese momento muy educado en todo pasó el evento entero viendo Instagram y no prestó la más mínima atención al evento donde era un invitado especial.

Respetar las diferencias. ¡Viva la diversidad!

El mundo globalizado es cada día más intercultural. La forma de vestir, de hablar, las comidas, etcétera, son muy diversas. Hay que respetarlas todas, aunque no se compartan. Lo que para una cultura es bueno para otra puede ser totalmente inaceptable. Hay que tener cuidado con las críticas hacia las cosas que pueden parecer diferentes a las de uno.

La puntualidad, cortesía de reyes... pero poco tenida en cuenta

Los jóvenes parece que no le dan demasiado valor al tiempo. Las personas que llegan tarde no respetan el tiempo de los demás. La puntualidad no suele ser un tema que preocupe demasiado a los jóvenes. Son de 'horarios flexibles'. Son poco específicos y muy genéricos en cuanto a la cuestión de los horarios. Por esta razón, en algunos casos, les cuesta adaptarse al mundo laboral cuando se incorporan a un puesto de trabajo.