QUIÉN EDUCA AL PUEBLO
María ha escogido la mejor parte
Hoy estamos celebrando el XVI domingo del tiempo ordinario y las lecturas tienen mucho que ver con el que hace el bien siempre. Es el domingo de la amabilidad, de la escucha, del servicio. Y quien más que María la hermana de Lázaro y amiga del Señor que siempre lo han acogido en su casa a la vuelta del camino.
Las lecturas son preciosas, tanto la primera lectura tomada del Génesis, como el Salmo 14, y ¡qué decir de la segunda Lectura tomada de la Carta de San Pablo a los Colosenses!
Es una carta preciosa, donde Pablo se alegra de sufrir los dolores de Cristo, sufriendo por la Iglesia, de la cual Dios lo ha nombrado ministro, asignándole la tarea de anunciar a todos, el mensaje completo del misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos…. Y lo hace para enseñarles a todos, la esperanza de la gloria, con los recursos de la sabiduría, para que lleguen todos a la madurez de su vida en Cristo.
El Evangelio es precioso y ¡Cuánto me hubiera querido parecer a María y estar siempre a los pies del Señor oyendo de sus propios labios su Palabra de Vida Eterna!!!
Muchas veces estoy como Marta, inquieta y atenta a las cosas de la casa para que todo quede bien para los invitados. Sin embargo, el Señor acoge a los que están pendientes de El en todo momento: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.”
Y ¿cuál es el problema de estar envueltos en las cosas?
“En que estemos tan envueltos en el servicio que corremos el riesgo de caer en lo que cayo Marta: en andar inquietos, nerviosos y agitados por la vida. Ese activismo exagerado y desgastante, que no deja tiempo para el reposo, la oración, la familia, los amigos, no es la clase de vida ni de servicio que Dios quiere para nosotros. Nos puede estar pasando como a ella, tener al Señor en nuestra casa, pero no disfrutar de su presencia.” (Tomado de Rayo de Luz)
¿Cuántas veces nos hemos sentido así de cargados que hasta llegamos a reclamarle al Señor, como si El fuera el responsable de nuestro cansancio?
¿No será que a veces abarcamos más de lo debido pensando que es eso lo que Dios quiere? ¿No será que nos creemos imprescindibles y que todo depende de nosotros?
Las palabras que el Señor dirige a Marta son las mismas que dirige a la Marta que habita en nuestro interior: la mejor parte, la más importante, la que debes escoger y la que te dará la fuerza que necesitas para el servicio y la misión es pasar mucho tiempo conmigo.
Gracias, Señor, por iluminarme en estos momentos y ayudarme a darme cuenta de que, como decía Santa Teresa: “Solo Dios basta”. ¡¡¡Amén!!!