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Año Jubilar: 100 años de coronación canónica de La Altagracia

El libro recoge imágenes de la virgen y explica algunas diferencias. Foto: Raúl Asencio/LD

Como parte de la celebración de los 100 años de canonización de la Virgen de la Altagracia, se publicó un libro en el que los devotos encontrarán su verdadera historia, y los acontecimientos políticos y sociales que dan matiz a esta tradición de fe del pueblo dominicano.

La primera página del libro está dedicada a la Niña de Trejo, a quien Dios concedió, a través de un sueño, el regalo de Nuestra Madre de la Altagracia, seguido de un compendio de páginas que narran lo importante de beber en las fuentes de la histórica para disipar las dudas y encontrar las respuestas a tantas incógnitas planteadas con el devenir de los años.

Muchas preguntan que si es una tradición o una leyenda y sí la imagen de la virgen es puramente dominicana o fue traída de tierras española. Es un tomo que devela las incógnitas sobre su pintura y por qué es un modelo de referencia para el hombre y a la mujer de siglo XXl.

La presentación del libro fue escrita por monseñor Jesús Castro, obispo de la Diócesis de Higüey, quien asegura que ha pasado un siglo lleno de gracia y que la coronación de la virgen es el reconocimiento público de una fe encarnada en la cultura católica dominicana, y que ayuda a superar estos tiempos difíciles para la sociedad y la misma iglesia.

Para avivar la fe en los lectores les recuerda las noches oscuras que ha vivido el pueblo dominicano en estos 100 años, como fueron los años de la dictadura, la Revolución de Abril, el furor de los años 60 y 70 del siglo pasado. La revolución de los 80, con la nueva explosión cultural, la indefinición de los 90 y los temores del nuevo milenio agravado últimamente por la pandemia de Covid-19.

La experiencia del autor

Alcides Díaz es un devoto apasionado de la Virgen de la Altagracia e informa que, por decisión y apoyo de Monseñor José Dolores Grullón, obispo emérito de la Diócesis de San Juan de la Maguana y quien preside la Comisión Nacional Organizadora para la celebración del Centenario de la Coronación Canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia, se enfrascó en esta aventura espiritual que le ha fortalecido la fe y le permitió conocer la idiosincrasia religiosa de cada provincia.

Gracias a sus investigaciones hay un libro que recoge imágenes de la virgen y explica la diferencia entre una y otra. Defiende este culto netamente dominicano, que no fue traído de ningún país y como prueba indeleble estará la iglesia de Hoyoncito, en el Seíbo, que próximamente se construirá.

Hizo un recorrido por todas las provincias del país a visitar los Santuarios y mientras más vírgenes veías más se apasionó con las historias contadas por los lugareños de los milagros que la virgen les ha dado, hasta que él mismo experimento. Además de documentar este tomo tiene previsto presentar una obra en distintos pueblos, charlas y retiros basados en la obra.

La niña de Trejo

En uno de sus capítulos habla sobre la llegada de los hermanos Alonzo y Antonio Trejo en 1506, casados con mujeres de Castilla, y que desembarcaron en la isla. Según el historiador Luis Arranz Márquez en la villa de Higúey.

Según los publicado uno de los hermanos tenía dos hijas y una de las más pequeña en un sueño se le apareció la Virgen María y le pidió que solicitara a su padre, que en su próximo viaje a Santo Domingo le trajera la Virgen de la Altagracia. Nadie hasta entonces, había escuchado el nombre. Cuando el padre pregunta si alguien sabe de la virgen, un anciano se le acerca en Boca de los Dos Ríos, en Hoyoncito, en el Seibo y le entrega la imagen, cuando él se la lleva a su hija, ella muy emocionada la recibe diciendo que esa era la imagen de sus sueños. Al día de hoy en el lugar se preservan 20 tarea de tierra de la Virgen.

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