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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Miguel no solo mató a Orlando

Marta Quéliz

Marta Quéliz

Con el homicidio o asesinato de Orlando Jorge Mera, no sólo se cegó la vida del ministro de Medio Ambiente. También se le dio una estocada mortal a gente que veía en él, una esperanza a la solución de un problema ecológico en su comunidad; se sepultó la relación de dos familias que sufren, y por qué no, se afectó a personas que hoy, a dos semanas del hecho, no han podido conciliar el sueño ni deshacerse de lo vivido aquel seis de junio de 2022, a eso de las 12:00 del mediodía. “No he vuelto a ser yo” Una empleada, de las tantas y los tantos colaboradores que laboran en el Ministerio y que fueron testigos de la agonía vivida ese día, me confesó que jamás ha vuelto a dormir plenamente. “Te puedo decir que no he vuelto a ser yo. A veces estoy haciendo algo en el trabajo o en mi casa, y llega a mi mente ese pensamiento horrible que me domina”. Esas son palabras textuales de esa persona que asegura que, como ella, hay otros compañeros a los que les ha afectado emocionalmente, la muerte y la forma en que pasó todo lo que se vivió ese día. Buscando ayuda Al personal se le ha brindado atención psicológica, pero ella admite que, tal vez por el poco tiempo que hace, siente que, con ese hecho, Miguel Cruz también la mató a ella y a sus compañeros. “He hablado con algunos y me dicen lo mismo, que hasta les da pesadilla. Es que eso fue feo. Ese hombre nos dejó muertos en vida, diría yo. Y ni decir de lo que hizo con las dos familias y con muchas personas a las que el ministro les había prometido ayudarlas con algún problema en su comunidad, con cosas que nadie había hecho”. Eso me dijo añadiendo que ella está buscando ayuda particular también. Ni en una ciudad fabulosa Traté de llevar a esta persona a una ciudad fabulosa, pero es tan honda su pena, y están tan laceradas sus emociones que, ni en este lugar de ensueño, ella podría disipar por ahora. Aun así, traté de crearle la ilusión de que podría sentirse mejor tal vez enterándose de que en esta comunidad nadie se atreve a malograr la vida de un ser humano, menos aun cuando está cumpliendo con su deber. La amistad es sagrada y la traición y los crímenes se pagan con todo el peso de la ley. Pero ni así se alivia su pena. Ella está clara en que en su realidad falta mucho para lograr al menos la paz social que la mayoría queremos. Por ahora, solo sabe y repite que Miguel no sólo mató a Orlando.

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