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Preocupación y orgullo, los sentimientos de la madre de una bombera

A Denisse siempre le gustó ser bombera y lo logró. GLAUCO MOQUETE / LISTÍN DIARIO

A Denisse siempre le gustó ser bombera y lo logró. GLAUCO MOQUETE / LISTÍN DIARIO

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Jazmín DíazSanto Domingo, RD

Hace unos meses Denisse Casado fue ascendida a segundo teniente del Cuerpo de Bomberos. La joven de 23 años, en su poco tiempo de servicio, ha tenido que cargar con el peso de un trabajo arriesgado y con la preocupación constante de su madre, Adamaris Reyes, cada vez que sale ayudar a otros en una catástrofe.

Denisse soñaba con ingresar al organismo de socorro hace aproximadamente 10 años, y un día decidió hacerlo vía la Academia de Bomberos. Esperó dos semanas para contarles a sus familiares la importante decisión que había tomado.

“Cuando ella me dijo que había ingresado a la academia yo me puse muy feliz, porque yo sabía que eso es algo que le apasionaba y si mis hijos son felices, yo también soy feliz”, expresa Adamaris.

“¡Felicidades mi hija!”, fue la respuesta de la madre de la segundo teniente al saber que ella había iniciado el camino que tanto le apasionaba. En cambio, sabía que esto habría de suponer preocupaciones para ellos en los momentos en que su hija saliera a salvar vidas.

Su padre se asustó mucho por todos los riesgos que implicaba adentrarse en ese mundo lleno de peligros constantes, y le cuestionó sobre el paso que había dado.

SUS INICIOS La primera experiencia de la joven como bombera fue cuando un automóvil se incendió, precisamente en su primer día de labor. El comandante del camión les dijo a los compañeros que le cedieran el pitón o manguera para que Denisse pudiese apagar las llamas.

No se asustó. El miedo no es un factor que se pueda apreciar en ella, ya que al igual que las demás bomberas, no tiene tiempo de pensar en lo que pudiese pasar, sino que solo se centra en cómo ayudar a los demás.

Sus padres son la otra cara de la experiencia que ha decidido vivir. “Ellos siempre están preocupados por lo que pueda pasar. Cuando terminó de servir en la emergencia y enciendo mi celular encuentro llamadas perdidas y mensajes preguntando ¿cómo me fue?”, explica la joven.

“En el incendio en el Canal del Sol yo estaba en el grupo de bomberos que estaba adentro apagando el fuego y en un momento se me acabó el aire puro (equipo que los bomberos utilizan para respirar en lugares donde hay humo), mi máscara hizo el sonido correspondiente a ese fallo y el bombero más cercano a mí me dijo que bajara, él no sabía quién era yo, pero me protegió”, recuerda Denisse al citar un ejemplo de compañerismo dentro del organismo.

Adamaris detalla que lo más difícil de ser madre de una bombera es tener que esperarla hasta altas horas de las noches o que esta amanezca trabajando. No se acostumbra a tenerla fuera de la casa.

“Me siento muy orgullosa al ver a mi hija ayudando a los demás y haciendo lo que a ella le gusta, además de que le está haciendo un bien a la gente y a nuestro país”, dice la madre de la joven teniente.

El día de hoy los padres de Denisse se declaran como sus mayores admiradores y están pendientes de todos los actos heroicos acometidos por su hija en el transcurso de su labor.

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