CEREBRO
La adicción a la pornografía favorece el insomnio
Las adicciones en términos generales representan un problema psicológico importante en la sociedad moderna. La pornografía no escapa a esta realidad y en algunos casos se considera una adicción en la que hay aspectos obsesivos y compulsivos, o un patrón de comportamiento disfuncional. Así asegura el doctor Larry Gómez, médico psiquiatra y psicólogo clínico y de la salud.
El especialista cita que algunos estudios revelan que el consumo excesivo de pornografía afectaría el volumen de materia gris del lóbulo derecho del cerebro y también estimularía significativamente el sistema límbico, el núcleo acumbens (interfase neural entre motivación y acción en la ingesta, conducta sexual), así como algunos circuitos de recompensa. Ante esta realidad es evidente que esta práctica causa un daño considerable a nivel cerebral.
No obstante, el consumo normal o esporádico de la pornografía no traduce efectos relevantes, incluso hay parejas que la consumen juntos y les resulta estimulante, tomando en cuenta que cada pareja tiene su propia dinámica y la sexualidad va a depender del concepto que tenga sobre el tema. Cuando se trata de una adicción, los pacientes no pueden conectar emocionalmente con los demás y evitan o procrastinan (posponen) las relaciones sexuales, ya que es frecuente que presenten una impotencia sexual mediada por mecanismos cerebrales. Estas son las consideraciones del doctor Gómez.
La pornografía tiene un impacto negativo en quien la consume, alterando todo su entorno. “Debemos tomar en cuenta el tiempo que emplea el individuo en el consumo de pornografía, las consecuencias que tiene en la familia, en el trabajo y en la sociedad, y cómo este se siente antes, durante y después del consumo, porque generalmente manejan sentimientos de culpa y también ambivalencia porque lo hicieron y realmente no querían”, dice el especialista.
¿Se puede superar esta adicción?
Para lograr la recuperación es importante que el individuo participe en comunidades terapéuticas como son grupos de ayuda mutua y terapia cognitivo conductual. De igual manera asistir a un programa psicológico que procure mejorar el control de impulsos y la prevención de recaídas como el modelo de Prochaska y DiClemente, que formularon la hipótesis de que los cambios de conducta se ajustan a una serie de etapas.
Es oportuno destacar que en todas las adicciones el detonante es la poca tolerancia a la frustración y pocas redes de apoyo, por lo que es importante que en cada adicción el individuo pueda contar con el apoyo familiar. Es oportuno destacar que a nivel cerebral se movilizan los mismos neurotransmisores como en cualquier otra adicción sea psicológica o biológica. Existen instituciones en el país que trabajan con el tema de las adicciones como son Hogares Crea, Fundación Fénix, entre otras.
Qué opinan otros especialistas
Mirelys Soto, psicóloga clínica y terapeuta familiar, asegura que algunos hombres usan la pornografía para estimularse, como aquellos que tienen alguna deficiencia en su vida sexual como disfunción eréctil y eyaculación precoz. Pero asegura que cuando esta actividad se realiza de manera adictiva afecta considerablemente los patrones del sueño. “Ese constante deseo de estar frente a una computadora viendo episodios y materiales pornográficos los desconcentra y desequilibra emocionalmente”.
La pornografía en la adolescencia
Los adolescentes están en una etapa de descubrimiento constante y para algunos la pornografía es una actividad a la que incurren cuando no tienen la cercanía de una pareja para tener intimidad. Además, también está la prohibición de los padres a que inicien una vida sexual a temprana edad. Estas limitantes inciden en el consumo de la pornografía, que como cualquier otra actividad que se realice en exceso, crea una dependencia, asegura Soto.
Por otro lado, la psicóloga cita los videojuegos como otra adicción de los adolescentes pero asegura que esta no es tan dañina como el consumo de la pornografía. “El cerebro es como una película que va grabando las imágenes en la memoria y esta conducta se hace repetitiva”. También asegura que habría que ver cuáles tipos de videos juegos consumen los adolescentes, si tienen algún contenido sexual.
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