Salud

PREVENCIÓN

Examen oftalmológico: ¡A evaluar la salud visual de sus niños!

En la consulta con el oftalmólogo pediátrico el examen se realiza de diferentes formas, según la edad del niño y también de su cooperación durante la consulta.

Un examen oftalmológico a tiempo es esencial para el cuidado preventivo de los ojos, especialmente en familias con antecedentes de problemas de visión o enfermedades oculares.

Cada año, la mayoría de los colegios solicita a los padres de los alumnos una evaluación oftalmológica pediátrica como parte de los requisitos de inscripción, y esto lo hacen con el objetivo de detectar si existe algún problema de visión típico de la niñez.

Los pediatras también recomiendan a los padres llevar a los niños a un examen visual porque la infancia temprana es la etapa en la que podrían tratarse problemas de la visión que ya en la adolescencia y en la adultez no tendrían manera de solucionarse.

Estas son buenas medidas para poder identificar oportunamente problemas que los niños pudieran tener con la visión y tener la oportunidad de tratarlo de manera exitosa.

Pero esta responsabilidad no se le puede dejar a los colegios, a los profesores o a los pediatras, los padres también deben estar interesados en la salud visual de nuestros niños, y atentos a cualquier señal de advertencia de un problema de visión.

De acuerdo a la doctora Stephanie Vásquez, especialista en oftalmología pediátrica, estrabismo y catarata pediátrica del Instituto Espaillat Cabral, es importante llevar a los bebés y niños a una evaluación oftalmológica pediátrica porque existen muchas patologías oculares silentes que no presentan síntomas ni ningún tipo de manifestación, y que solo podrían diagnosticarse si el oftalmopediatra los examina.

Además, es muy difícil que un bebé pueda manifestar que tiene una dificultad visual o un niño pequeño pre-verbal pueda expresar que no ve bien. No hay que esperar a que aprendan a hablar para poder quejarse de algo respecto a su visión o sus ojos.

Según la especialista, muchas veces un niño puede presentar dificultad para el aprendizaje, se distrae mucho o no se concentra, no quiere cooperar para aprender a leer o no muestra interés en las clases. Esto no necesariamente quiere decir que el niño tenga déficit de atención, que sea vago o que solo quiera jugar, podría ser que tenga algún defecto de enfoque de la vista y, si no ve bien, no puede tener un aprendizaje adecuado.

Estas y muchas otras señales deben hacer reaccionar a los padres y motivarlos a llevar a sus niños a un chequeo oftalmológico.

En la consulta con el oftalmólogo pediátrico el examen se realiza de diferentes formas, según la edad del niño y también de su cooperación durante la consulta: algunos necesitarán leer o identificar objetos y/o imágenes; podrían medirles la posición de los ojos; hacerles prueba de lentes, ver el reflejo de luz en la parte posterior del ojo; en algunos casos se dilatan las pupilas o se utilizan gotas especiales para determinar si existe necesidad de usar lentes o de recibir otro tratamiento.

SIGNOS DE ALARMA RELEVANTES

No hacer contacto visual fijo con un objeto o cuando le hablan.

Frotarse o estrujarse los ojos de manera frecuente.

Parpadeo constante o muy marcado.

Observar en las fotos que los ojos se ven extraños (sin brillo a pesar del flash o desviados).

Ojos rojos o siempre llorosos.

Lagrimeo constante de un solo ojo.

Mucha sensibilidad a la luz cuando la encienden de noche o cuando se exponen al sol.

No poder leer la pizarra, a menos que entrecierre los ojos o se siente más cerca.

Ver televisión muy de cerca o casi pegado a la pantalla.

Escribir con la cabeza de lado o con la cara muy cerca del papel.

Confundir las letras o perderse leyendo.

Ver también: ¿Sus hijos ven bien en el colegio?