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COSAS DE DIOS

El mundo ante un reptil

Alicia Estévez

Alicia Estévez

“Nunca hay una segunda oportunidad para producir una primera buena impresión”, dice una frase. Y Vladimir Putin, el presidente ruso que lanza misiles contra hospitales y casas de familias indefensas, no tuvo una segunda oportunidad con Madeleine Albright, la primera mujer secretaria de Estado de Estados Unidos, quien falleció la semana pasada, a los 84 años, producto de un cáncer. Antes de morir, y horas antes de que se iniciara el ataque contra Ucrania, el New York Times publicó un artículo premonitorio de Albright, donde esta citaba la impresión que tuvo de Putin al conocerlo. Su descripción pone los pelos de punta.

Un hombrecito

Muchos hemos visto imágenes del presidente ruso sumergido en un lago con temperaturas bajo cero; cabalgar sin camisa, jugar hockey sobre hielo, cazar tigres y ballenas, luchar como cinturón negro de judo y pilotar un auto de Fórmula Uno. Periodistas internacionales le han apodado, en tono de burla, súper Putin. Y, en ese mismo tono, han llegado a decir que Rusia tiene su propio supermán. Pero sería extraño que supermán bombardeara niños, mujeres y ancianos indefensos. El misterio está aclarado. Putin no es ningún superhombre, por el contrario, se trata de un hombrecito, al menos de tamaño, según Albright, quien empieza su citado artículo describiendo el aspecto físico del exagente ruso, distante del macho alfa que su aparato de propaganda vende. Ella, que conversó con este hombre durante tres horas, lo describe así: “Es pequeño, pálido y tan frío como un reptil”.

Lo vio venir

Madeleine Albright señala que Putin buscaría devolver a Rusia su prestigio de gran potencia, perdido tras la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, acontecimiento que él sintió como una vergüenza. Ella dice que, en esas intenciones de Putin, Ucrania jugaría un importante papel y que el presidente ruso se equivocaría porque llevaría a su país al aislamiento, en el mundo y dentro de Europa, y al estrangulamiento económico. Esto pese a que él le dijo que, aunque le simpatiza China, “porque comer con palitos es divertido”, ellos, los rusos, son europeos. De modo que la antigua funcionaria estadounidense vio venir las intenciones de su interlocutor de entonces.

Mitos y cercanía

Hace mucho tiempo, aprendí que la cercanía desmitifica los mitos, y, por eso, Dios nos hace un favor, cuando nunca conocemos a nuestros ídolos en persona. Los medios de comunicación, mal usados, podemos engrandecer las figuras, vender historias falsas, ocultar defectos y convertir debilidades en fortalezas. Así, puesto cara a cara, de frente, “un hombre pequeño, pálido y frío”, tan repugnante como una alimaña, a distancia, es referente del macho alfa, poderoso, casi indestructible. Pero las acciones, más que la imagen, reflejan quiénes somos, y este Putin, en cuyas manos está la sangre de la maravillosa periodista de investigación rusa Anna Politkovskaya, crítica de los abusos en Chechenia, no puede ser un héroe. Al bombardear civiles inocentes, causando la huida de cuatro millones de personas y la muerte de mil 151 civiles, de los cuales 143 eran niños, se revela, pese a toda la fanfarria que lo rodea, tal y cual lo percibió Madeline al tenerlo a pocos centímetros, como un reptil. Tristemente, como si de una serpiente se tratara, el mundo parece haberse paralizado, temblando de miedo, ante la guerra iniciada por Putin. Resta orar para que sea Dios quien lo detenga.

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