La Vida

SENDEROS

¡Aceptación! Palabra con gran acepción

Lesbia Gómez SueroSanto Domingo, RD

“Yo acepto”, es el compromiso que se contrae en todo contrato que vincula a un matrimonio, o a una circunstancia o trabajo. Pero el término de aceptación hoy es aquella que nos lleva a cumplir con el propósito de estar y ser. A tenor de esto, San Francisco de Asís, en una oración decía: “…Padre, Señor, déjame aceptar todo aquello que no puedo ni debo cambiar”, obsérvese, “no debo cambiar”, porque hay pruebas o situaciones que tienen en su haber un aprendizaje, y del que no debemos huir, porque finalmente nos alcanzará doquiera estemos, ya que se inscribe como reconciliación o saldos de causas.

Aceptación es aceptar la voluntad de Dios, aún esta no sea la respuesta que buscamos o necesitamos; porque siempre la voluntad de Dios es Bien y Amor, y que, como Padre, sabe lo que nos es conveniente para nuestro crecimiento integral. Aceptación es reconocer la esencia divina que nos integra, y nos hace a todos iguales a la Naturaleza de Dios, sin menosprecio a color, raza, credo o clase. Es aceptarnos como hermanos, solventando en servicios las crisis, y el gozo que nos alcance. Aceptación es el juramento de amarse, los unos a los otros, en los planos internos para servir en la obra redentora del Maestro Jesús.

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