Trece años de severa sequía afectan a las abejas chilenas

Según el experto de la FAO, la disminución de los insectos polinizadores “tiene que ver con las prácticas de la agroindustria

Las abejas son mucho más que miel y picaduras. Al volar entre las flores, de cuyo néctar se alimentan, transportan el polen que las fecunda y les permite producir semillas y frutos.

Este perfecto engranaje natural está en peligro en Chile, pues desde hace 13 años los apicultores del país sudamericano enfrentan una severa sequía que deriva en escasez de flores para dar alimento a sus abejas y esto, a su vez, amenaza las funciones que estos insectos cumplen en el ecosistema. Cuando un apicultor chileno se queda sin flores para proveer néctar tiene dos opciones: buscar un hábitat más amigable o darle a sus abejas agua con azúcar u otras mezclas que considera nutritivas para que éstas sobrevivan. Sin embargo, según expertos, realizar estos ajustes a su alimentación puede perjudicar su organismo y sus funciones.

“Si se mueren las abejas, nos morimos todos... La abeja es vida”, dijo a The Associated Press el apicultor Carlos Peralta, quien dice haber perdido 300 colmenas entre noviembre y enero debido a la sequía y los pesticidas.

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