ARTE
ARCO 2022: Entre la tradición de la pintura y la novedad del NFT
ARCO 2022, la feria de arte contemporáneo más importante de España, abre sus puertas convertido en un escaparate de tendencias de arte contemporáneo donde conviven la supremacía histórica de la pintura, nuevos formatos como el NFT, y un particular homenaje a los 40 años de vida de la feria.
La feria española, que ha conseguido el milagro de no suspender ninguna de sus ediciones por la pandemia, abre sus puertas con la sensación de haber dejado atrás lo peor de la crisis sanitaria. Más de 350 coleccionistas y 200 profesionales de todas partes del mundo pisan desde hoy la feria.
"ARCO está muy bien de salud", explica Maribel López, directora de ARCO, que confía en el alto nivel de este año. Desde hoy y hasta el domingo, la feria será un escaparate de lo mejor de las vanguardias y las últimas tendencias de arte contemporáneo que traerán 185 galerías de unos 30 países de todo el mundo.
Por primera vez, la feria pide Pasaporte Covid para acceder al recinto y mantiene la arquitectura de pasillos amplios para evitar las aglomeraciones. La expectación es máxima desde primera hora de la mañana, con una gran afluencia de público.
BIENVENIDOS AL MUSEO ARCO
La feria se da este año un sentido homenaje a su historia en el apartado 40+1, una suerte de "museo imaginario" en el que se puede ver una veintena de artistas que han sido, junto con sus galerías, fundamentales a lo largo de historia de la feria.
Cuando ARCO abrió, allá por 1982, la feria era el único lugar de España en el que se podía disfrutar de arte contemporáneo como el de Mario Merz, el más destacado artista del movimiento povera, y del que hoy se puede ver uno de sus famosos iglús, que trae la galería Giorgio Persano junto a una estructura metálica de Susana Solano.
"Es incomprensible que muchas de estas piezas no estén en colecciones públicas", dice a Efe Sergio Rubira, comisario de esta sección.
El objetivo de este espacio, reconoce, era crear una especia de "pequeño museo" que revisara la historia de la feria. En él participan galerías que han estado desde el principio y que han sido "embajadoras" de ARCO en el extranjero.
La francesa Lelong lleva obras de Etel Adnan y Nancy Spero, y Chantal Crousel a Mona Hatoum. Helga de Alvear porpone una serie de piezas vegetales de la alemana Karin Sander que se irán pudriendo a medida que avance la feria.
"Poco a poco la gente ha aprendido a ver arte contemporáneo aquí", declara a Efe Helga de Alvear, que no faltó a ninguna de sus ediciones.
A algunas galerías no les apasionan los días dedicados al público general -cuando menos negocio se hace-, pero a ella, que tiene 85 años y es toda una institución, le parecen fundamentales. "Es educación", zanja.
LA PINTURA, REINA EN LA FERIA
La pintura vuelve a ser la estrella de la feria, este año con un acento más nacional que ediciones anteriores. La pieza más cara por el momento es un Miró (2 millones de euros, unos 2,26 millones de dólares), titulado "Vol d'oiseaux entourant la jaune d'un éclair".
Chillida, Tàpies, Jorge Oteiza, como los autores españoles de más renombre, conviven en las paredes de la feria con nombres internacionales de la talla de Marina Abramovic, Tomás Sarraceno, Joël Shapiro o Olafur Eliasson, con una impactante instalación que hoy era una de las principales atracciones de la feria.
Entre los latinos destacan Hamlet Lavastida, el artista cubano recientemente excarcelado, en la galería alemana Crone, y Ana Mendieta, en la española Nogueras Blanchard.
En Malborough Madrid unieron este año fuerzas con las sedes en Londres y Nueva York y trajeron piezas de la portuguesa Paula Rego -una de sus series sobre el aborto, por 850.000 euros, unos 961.000 dólares- y del alemán Frank Auerbach (605.000 euros, unos 735.600 dólares).
"La pintura nunca ha desaparecido de ARCO, siempre ha estado muy presente. Comercialmente es la forma de arte más exitosa", según palabras de Maribel López.
EL BOOM NFT, TAMBIÉN EN ARCO
Los NFT (Non Fungible Tokens), la gran sorpresa del año pasado en el mercado del arte que alcanzó precios estratosféricos, están también presentes en ARCO, aunque son pocas las galerías que apuestan por ellos.
La galería Fernando Pradilla se lanzó este año a este nuevo mercado con dos obras del colombiano Álvaro Barrios, un pintor presente en colecciones importantes internacionales que a los 70 años prueba suerte en nuevas corrientes.
"Realmente no sabemos si va a atraer al coleccionista tradicional o al modelo de inversor bitcoin, veremos", declara Elena Fernández, directora de la galería. Ambas piezas, que rondan los 10.000 euros (unos 11.314 dólares) se pueden ver en una pantalla.
Lele H. Colomer, de la Galerías Leyendecker de Santa Cruz de Tenerife, también cuenta con varios NFT en su propuesta para la feria de la artista estadounidense Emily Meringolo.
Los trajo animada por la novedad, a los coleccionistas tradicionales no les suele interesar pero sí a los más jóvenes. También reconoce a Efe que quienes más preguntan por este tipo de obras en la feria son los periodistas.