COCINA CON HISTORIA

Ají, el condimento por excelencia de los taínos

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Redacción L2Santo Domingo, RD

El ají tiene una dilatada historia llenando de gusto los alimentos consumidos en esta isla y otras del Caribe. Era el condimento predilecto de los taínos, quienes lo cosechaban y empleaban antes de la llegada de los europeos.

De este producto dicen Marcio Veloz Maggiolo y Hugo Tolentino Dipp en Gastronomía dominicana. Historia del sabor criollo (Editora Corripio, Codetel, 2007) que era “el sazón aborigen por excelencia”.

Una afirmación similar hace Bernardo Vega en Las frutas de los taínos (Fundación Cultural Dominicana, 2001), que lo describe como un “ingrediente principalísimo en la dieta taína” y señala que fue uno de los pocos frutos sembrados por los aborígenes de la isla, pues la mayoría de las veces tomaban de árboles silvestres los frutos que ingerían.

Referencias a la abundancia de ají y al uso que le daban los primeros habitantes de la isla dan varios de los colonizadores, comenzando por el propio Cristóbal Colón, quien en enero de 1493, durante el primero de sus viajes por el Nuevo Mundo, reportó en su diario la presencia en estas tierras de “mucho ají”, el cual, añadía a modo de comparación, “es su pimienta”.

El ají lo cosechaban con “diligencia” y “atención” los taínos establecidos en La Española, porque solían emplearlo en una especie de sopa con la que acompañaban platillos como el emblemático casabe, además de los pescados y las carnes.

Este ingrediente, que “aporta un inconfundible sabor a los platos, crecía y se cosechaba en la isla cuando se produjo el encuentro de culturas, existiendo dos tipos picantes y uno dulce conocido en la actualidad como el gustoso”, señala el libro Sabores ancestrales: evolución de la gastronomía dominicana (Inicia, 2018).

Pero la utilidad del picante producto (cuyo nombre, ají, tiene origen taíno, pero es conocido en otras latitudes como chile o pimiento) no se limitaba al ámbito gastronómico. Vega explica en su obra que el ají se llegó a utilizar, asimismo, como un arma de guerra. “Los taínos quemaban cantidades de este fruto -describe-, para que el humo picante afectara a los españoles”.