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ENTREVISTA

Preparando el pesebre interior

”Necesitas ser observador de tus pensamientos y no bombardear más injusticias, desamor, críticas y desgracias que afectan tu ser, tu familia y tu entorno. Practicar más amor, más solidaridad”.

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Lily Montaño GrullónSanto Domingo, RD

La Navidad es el tiempo de conmemoración del nacimiento de Jesús, el Mesías, en la tradición cristiana.

Este acontecimiento que divide la historia en dos partes mueve una dinámica en esta época de celebración, regalos y fiestas. Rosaura Gutiérrez, psicóloga evolutiva y terapeuta comunitaria integrativa hoy comparte con los lectores de LISTÍN DIARIO, las reflexiones y dinámicas para conocer la manera de representar lo que significa el nacimiento de Jesús en un pesebre y sus cualidades en el interior del ser humano. Con este tema concibió un taller en el año 2013, y en esta ocasión responde algunas preguntas al respecto.

¿Cómo se trabaja el nacimiento de Jesús en el interior y las implicaciones?

El estado de profunda presencia a nuestras inquietudes, a nuestras emociones pasa por la misma escuela del alma: Cuerpo, mente, emociones y espíritu. Se necesita estar en armonía con esos cuerpos para no ser incoherentes, para no andar con mentes divididas. No puedo decir que me duele la humanidad, que quiero trabajar por igualdad de derechos por inclusión, con una mente que teje a escondidas y cuadra situaciones en desventajas de alguien o algunos, solo porque no me caen bien. No puedo andar salvando a los otros cuando estoy procurando mostrar que buena soy y haciéndome sobreprotectora de lo que no cuido de mí. Necesito reconocer lo que hago y por qué lo hago. Muchos guardan sus propuestas por miedo a mil cosas. Invitar al Yo Superior a descamar todo eso y dar voz a la voz del Cristo que clama por vida en abundancia. No temer al dragón de la incertidumbre y confiar que todo es por un tiempo incluyendo este cuerpo.

¿Cuál es la analogía con el nacimiento del Cristo y la Navidad en el humano?

Esta analogía seguirá presente en cuanto nos aboquemos a mirar las cualidades del Cristo y traerlas a nuestras vidas. Refrescar en la época de renacimiento, es hurgar las carencias que necesito volver competencias, es descubrir las veces que a veces en vez de amar, odiamos, en vez de buscar armonía y paz, peleamos y sostenemos el conflicto, en vez de ser comprensivos somos cínicos e irónicos, en vez de agradecer, me quejo, en vez de confiar, dudo. Digo amar y bendecir a Dios, pero desde mi religión, el otro es un descarriado, un sin madre si no sigue mi doctrina. Todo lo que se sale de mi creencia es equivocación en el otro, entonces: No puede haber renacimiento con tanto razonamiento y separación.

¿En este nuevo tiempo después de 2020 qué debe nacer?

Esta situación de pandemia nos mandó "adentro", pero no a cuatro paredes a pensar, asustarme, a criticar al vecino que sale sin mascarillas, a los que no cumplen reglas, a revisar cómo bajar de peso, a esto y lo otro. Nos mandó a nuestra "cabaña", a "nuestro aposento alto", "a nuestro pesebre", a nuestro "yo superior". Mirar todo lo que hay allí que apesta, fue como protección de algún momento que lo usé, pero, ahora ya no sirve y es necesario reconstruir esa cabaña. Necesitas ser observador de tus pensamientos y no bombardear más injusticias, desamor, críticas y desgracias que afectan tu ser, tu familia y tu entorno. Practicar más amor, más solidaridad, hablar menos mal de los otros. No tienes que matarte trabajando y sí hacer lo que te apasiona, eso deja un buen gusto al paladar. Deja de ser fuerte y limpia la cabaña, ya casi es Navidad. ¡Es el dicho “Aprendiendo a morir curada” ¡Sin males ni contra mí, ni los otros! No es lo que organizo afuera lo que me da paz. Es la fuerza y despertar que elijo para sacar todo el basurero que me distancia de mí misma y de los demás con pensamientos limitantes. Si limpio dentro de mí el pesebre interior se prepara para ver toda la luz que el universo me regala. Preparando mi pesebre interior es limpiar el cuerpo del dolor que las experiencias traumáticas me han ocasionado. Es cierto que ves cosas afuera en relación con el otro, pero al darte cuenta que es eso: asunto del otro, ya no te prendes al prestar atención y deja que todo vuelva al origen: tu esencia donde hay paz. Abriendo canales de paz y amor en tu mundo es la paz que la humanidad reclama. “Siembra paz, brinda amor que el mundo entero pide más” como dice Gloria Estefan.

¿Qué aparta de ese renacimiento?

El ajusticiar tanto a los otros, condenando, envidiando, lleno de rabia y envidia. El no ser yo misma. El querer aparentar para ganar aprobación o para un fin exclusivo. Me aparta de ese nacimiento el no ser coherente, el no ser una con el que me ha creado. ¿Cómo surgió la idea de desarrollar este curso taller de Preparando el pesebre interior y luego extrapolarlo a través de reflexiones en redes sociales?

El tema surge en el 2013, cuando el caos que me invadía dentro me hizo entrar a meditar y a reconciliar las carencias que se volvían cada vez más destructivas en mis mundos: familiar, social, laboral y académico. Sentía necesidad de callar los dragones que estaban lacerándome dentro y lanzando fuego afuera y fue así como al preparar el árbol en donde siempre preparaba un lindo pesebre en el patio de la casa. Hice 'click' con la analogía y me dije: ¿de qué vale que todos me reconozcan afuera y manifiesten “qué lindo nacimiento”, si dentro estoy hecha añicos? Decidí compartir la experiencia ofreciendo un taller a quienes resonaran: Preparando el pesebre Interior.

Rosaura Gutiérrez es psicóloga evolutiva y terapeuta comunitaria.

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