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SALUD

Hígado graso no alcohólico, la enfermedad crónica hepática con mayor prevalencia en el mundo

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Redacción L2Santo Domingo, RD

Un panel internacional de expertos ha determinado un cambio en la nomenclatura del hígado graso por esteatosis hepática metabólica (EHM), una patología que se caracteriza por la presencia de ácidos grasos libres y triglicéridos en las células hepáticas de una persona sin consumo tóxico de alcohol.

El tema fue tratado debido a que en la actualidad se considera la enfermedad hepática crónica con mayor prevalencia en el mundo, especialmente en los países occidentales, donde afecta de un 20 a 30 % de la población general. Puede aparecer a cualquier edad tanto en hombres como en mujeres. Esta parte la da a conocer la gastroenteróloga Kirsys Santana.

“Por lo general no hay síntomas, rara vez puede aparecer astenia, fatiga y molestias vagas en el cuadrante superior derecho del abdomen. La causa de la esteatosis hepática es multifactorial, está asociada a un estilo de vida sedentario y a los malos hábitos dietéticos, lo que puede conllevar a alteraciones metabólicas, como por ejemplo: la obesidad, diabetes mellitus e hiperlipidemias”, detalla la especialista.

Santana comenta que otros factores asociados con menor frecuencia son el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico, la apnea del sueño, alteraciones en la microbiota intestinal, alteraciones genéticas, algunos medicamentos como la amiodarona, tetraciclina, ácido valproico, esteroides, estrógenos, diltiazem, tamoxifeno entre otros.

Esta condición es de espectro variable, ya que puede ir desde una esteatosis hepática simple hasta progresar a un estado de inflamación de los hepatocitos con diferentes grados de fibrosis con la aparición posterior de cirrosis, donde hay un daño sustancial de la glándula hepática.

La causa más frecuente de muerte en estos pacientes es la cirrosis hepática y las enfermedades cardiovasculares, dice la especialista de Hospiten Bávaro.

El tratamiento de la enfermedad de hígado graso (esteatosis hepática) debe enfocarse en corregir las alteraciones metabólicas causadas por los malos hábitos alimenticios, lo que derivará en una mejoría de los estilos de vida de los pacientes con esa patología.

Debido al número cada vez mayor de personas con esteatosis hepática metabólica y la importante morbimortalidad que produce, debe prestarse especial atención para un diagnóstico temprano en pacientes que deben restringir las calorías y favorecer las actividades físicas.

Factores de riesgo La especialista sostiene que el diagnóstico debe basarse en la historia clínica del paciente, con especial atención a los factores de riesgo, analizando en laboratorio si existe un aumento de las enzimas hepáticas, la ferritina, los lípidos de la sangre y la hiperglucemia.

Sin embargo, asegura que los pacientes con esa condición para el tratamiento deben perder, por lo menos el 10% de su peso corporal, para conseguir una modificación de las variables bioquímicas e histológicas.

Además, recomienda una dieta hipocalórica de entre 500 a 1,000 kilocalorías por día, rica en ácidos grasos mono y poli insaturados con menos del 40% de carbohidratos. También hacer ejercicios aeróbicos y anaeróbicos tres o cuatro veces por semana.

Santana indica que los pacientes pueden ser sometidos a terapias con uso de múltiples medicamentos, algunos de los cuales pueden producir efectos secundarios, pero que el mejor resultado lo da el ácido obeticólico que disminuye la producción de ácidos biliares.

Recomienda realizar chequeos médicos rutinarios con el objetivo de detectar a tiempo esa condición, para poder manejarla de manera eficaz y evitar su progresión y complicaciones futuras.