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North Miami Beach: un monasterio español fue traído piedra a piedra

Claustro del Monasterio de Sacramenia. Foto Alexis Ramos B.

Carmenchu BrusíloffSanto Domingo, RD

“¿Confirmaste que está abierto?”, me pregunta Alexis cuando digo que quiero ir al Monasterio Español de Sacramenia, en North Miami Beach. “Sí. En Google dicen que hoy jueves está abierto”. Hablo de los claustros y dependencias del monasterio de Sacramenia, en Segovia, España, que en 1925 fue desmontado ladrillo a ladrillo y traído a Estados Unidos.

Al llegar al monasterio y despachar el taxi nos sorprende un letrero. ¡Está cerrado! Nos lo avisa además un empleado de pie junto al portón de hierro forjado que, empero, está abierto. Alexis le pide averiguar si nos permiten entrar. Telefonea, pero la respuesta es ‘No’. Aun así, rehúso irme, como esperando un milagro. Se acerca la gerente, Carolina Del Vecchio, empieza a cerrar el portón y nos aclara: ‘Está cerrado porque se celebrará una boda’. Pero, digo, ‘en Internet decía que está abierto’. Nos da explicaciones, pero sigue negándose hasta que, de alguna forma, Alexis la convence. Nos da paso y acompaña contando la historia del edificio, mientras caminamos por pasillos donde asoman escudos de armas procedentes de otras construcciones. Abre la capilla (estaba cerrada con llave): ‘No es católica, sino episcopal. Aquí estaba la cocina’ y el refectorio. Observo el entorno. Al salir cierra con llave. Nos sugiere pasear por el patio: un bucólico escenario arrullado por el rumor de una cercana fuente. Rodeada de piedras seculares me dirijo hacia el pozo.

Historia

El monasterio medieval de Sacramenia es uno de los monumentos más antiguos de Estados Unidos. Su construcción se inició en 1133 AD, llamándose de Nuestra Señora, Reina de los Ángeles. Luego, de San Bernardo de Clarava. En la década de 1830 los claustros fueron vendidos y convertidos en un granero y establo.

En 1925, William Randolph Hearst compró los claustros y las dependencias del monasterio para traerlos a Estados Unidos. Desmantelaron la estructura piedra a piedra y numeraron 11,000 cajas. Por problemas financieros de Hearst pasaron 26 años en un almacén de Nueva York. En 1952 lo compraron dos empresarios para usarlo como atracción turística. Tras 19 meses ensamblando, en 1964 lo adquirió Robert Pentland Jr., un multimillonario, benefactor de iglesias episcopales.

Detalles

Las cajas se numeraron para que al armarlo cada piedra ocupara su mismo lugar, pero por una epidemia en el punto de origen las abrieron en Nueva York para botar el heno que las protegía. Al guardarlas, lo hicieron desorganizadamente, impidiendo su colocación exacta. (Algunos elementos pertenecen a otro monasterio segoviano).