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Las redes pueden impedir forjar amistad

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo, RD

Si hubieran existido las redes sociales cuando yo era editora de páginas diarias, quizás hoy día no tuviera tan estrecha relación con varias periodistas que fueron parte del grupo bajo mi supervisión. Es que las redes podrían haberlas incentivado a trasladar sus quejas a través de estas. Aquí van algunos ejemplos, aunque sin mencionar nombres.

Ante un trabajo por terminar

La periodista era una joven estudiante universitaria y apenas nos habíamos tratado. Éste era su primer trabajo. Por mi parte, era mi primer trabajo como editora. Un mediodía me senté a esperar y esperar a que terminase un artículo. Ella estaba cansada. A mí no me importaba. ‘Yo no he comido’, me dijo en un momento de ultra fatiga. Mi respuesta fue tajante: ‘Ni yo tampoco. Pero de ahí no te levantas hasta que termines’. Esa joven estaba cansada y, obviamente, súper enojada conmigo. Con el paso del tiempo se convirtió en ‘mi hija postiza’. Cuarenta años después sigue siéndolo. De haber existido las redes sociales, ¿la hubieran tentado a externar públicamente su queja contra mí y, en consecuencia, impedido forjar una relación de tanto afecto?

Devolución de trabajo para rehacer

Una joven periodista empírica que laboraba en Relaciones Públicas, pero colaboraba con nosotros cada semana con una entrevista, llegó con prisa a entregarme el artículo correspondiente. Le pedí esperar mientras lo leía. Mi reacción fue única: ‘M…, m…, m… Escríbelo de nuevo’. De haber existido las redes sociales, ¿la hubieran tentado a externar públicamente su queja contra mí y, en consecuencia, impedido mantener nuestra relación de afecto mutuo?

Ropa inadecuada para la actividad

Una tarde, una periodista llegó con un vestido que no iba a tono con la actividad social a la que asistiría. Sin pensarlo dos veces le dije: ‘Esa ropa te queda muy mal. No va bien con la actividad’. Ella vivía muy lejos, así que le ordené: ‘Ve donde Zoila (Zoila Puello era editora de Espectáculos, amiga suya y vivía frente al Listín) y a ver si te presta un traje’. Así hizo. Regresó bien vestida. Si hubiera habido redes sociales, ¿lo habría comentado y en consecuencia impedido mantener nuestra relación de afecto hasta el día de hoy?

Ante un momento de ‘rabia’, no hables, no escribas…

¿Te provoca rabia un comentario o una situación en tu trabajo? Espera el momento adecuado para conversar con la persona que te ofendió, quizás sin proponérselo. Olvida las redes sociales. No lo pregones. Deja que prevalezca la paz mental. Los casos que acabo de contarte pueden servir de ejemplo en cualquier tipo de trabajo.

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