INFECCIÓN VIRAL TROMBÓTICA
Complicaciones cardiovasculares de la covid-19
Hace más de 18 meses que se descubrió el primer caso de covid-19 producido por el SARS-CoV-2, y más de 15 meses que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró esta enfermedad como una pandemia.
Son muchas las cosas que hemos aprendido. Tal vez la más importante es que no debemos ser categóricos cuando tratamos los diferentes tópicos en relación con esta enfermedad. De hecho la covid-19 ha pasado de ser una infección respiratoria a una infección viral multisistémica.
Como enfermedad multisistémica afecta casi todos los órganos incluyendo el sistema cardiovascular. Hay cuatro vías fundamentales por las cuales el SARS-CoV-2 lesiona el sistema cardiovascular: efectos directos producidos por el virus en la fase aguda de la enfermedad, efectos indirectos, secuelas a largo plazo como parte del síndrome poscovid-19, y las consecuencias derivadas de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Las complicaciones cardiovasculares que se desarrollan en la fase aguda de la covid-19 comprenden elevación de las troponinas cardiacas (enzimas del corazón) que se observa en un 7 a 17 %, miocarditis aguda, diversos tipos de arritmia cardiaca, insuficiencia cardiaca aguda, y coagulopatía protrombótica.
La miocarditis asociada a la covid-19 es diferente a la producida por otros virus (enterovirus, herpes virus, virus respiratorios, etc…) porque el SARS-CoV-2 tiene una predilección por las células endoteliales más que por los miocitos. Se produce una intensa respuesta inflamatoria en la capa interna del corazón que también afecta al músculo cardiaco, pero con poco infiltrado celular. El miocardio, entonces, puede lesionarse por el infiltrado viral, los mediadores inflamatorios y por complejos inmunes.
Las arritmias pueden resultar de la inflamación del miocardio y del sistema especializado de conducción intracardiaca. En un estudio publicado en la red JAMA en junio del 2021 donde analizaron 234 pacientes covid-19 positivos utilizando varios dispositivos (Apple Watches, Fit Bits, etc…) encontraron que un 20 % sufrió algún tipo de arritmia, y que se necesitó en promedio 79 días para recuperar el ritmo cardiaco normal.
La coagulopatía protrombótica puede llevar a fenómenos tromboembólicos tanto venosos como arteriales. Los coágulos arteriales son causas potenciales de obstrucción arterial periférica, derrame cerebral isquémico, obstrucción de las arterias coronarias e infarto agudo de miocardio.
En 26 necropsias de pacientes con covid-19, el doctor Valentín Fuster encontró que 42 % tenía coágulos sanguíneos en el corazón, cerebro y los pulmones. ¡Esta es una enfermedad trombótica!
Los resultados de este y otros estudios han motivado a un grupo de científicos a solicitar el cambio de nombre de esta enfermedad de covid-19 por infección viral trombótica.
Los efectos indirectos del SARS-CoV-2 están dados por el retraso en recibir la atención médica de lugar. En la mayoría de los casos, porque los pacientes posponen la asistencia al centro de salud, y en los demás, porque el centro se dilata en brindar sus servicios en cumplimiento de los protocolos preventivos.
El otro gran problema relacionado con el SARS-CoV-2 es el llamado síndrome poscovid, covid-19 persistente, prolongado o covid-19 crónico.
Se llama covid-19 persistente, prolongado o síndrome poscovid-19, al conjunto de síntomas que persisten después de dos semanas de haberse curado la enfermedad. Si los síntomas perduran más de 12 semanas se denomina covid-19 crónico.
Estos síntomas son principalmente neurocognitivos, pero incluyen varios órganos, entre ellos, el corazón. Más de un 30 % pueden referir síntomas cardiacos: palpitaciones, taquicardia, arritmia, disnea, falla cardiaca, miocarditis, etc.
De especial interés es la miocarditis. Si el paciente refiere dolor de pecho, que se acompaña de alteraciones en las troponinas cardiacas, el electrocardiograma o el ecocardiograma, hay que proceder a realizar una resonancia magnética cardiaca para confirmar el diagnóstico.
El impacto de la covid-19 en el futuro solo lo sabremos en el momento oportuno. Es posible que veamos un aumento importante de miocardiopatía dilatada y falla cardiaca. Con razón en una publicación en The New England Journal of Medicine, un grupo de investigadores de Estados Unidos afirmó que la covid-19 persistente es el próximo desastre de salud pública.
La otra consecuencia de la covid-19 está relacionada con las vacunas.
En un trabajo publicado en JAMA Cardiology, el doctor Montgomery y colaboradores revisaron los resultados de los militares norteamericanos que recibieron una vacuna del tipo ARN mensajero contra la covid-19 de enero 1 al 30 de abril del 2021 y encontraron 23 casos de miocarditis en 2.8 millones de vacunas aplicadas.
La buena noticia de esta experiencia es que la prevalencia de miocarditis por vacuna ARN mensajero es baja, y el pronóstico es bueno, pues los síntomas desaparecen en todos los pacientes.
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El autor es subdirector médico del Instituto Dominicano de Cardiología
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