La Vida

El marcapasos biodegradable

Dos universidades estadounidenses acaban de desarrollar el primer marcapasos inalámbrico que se disuelve inofensivamente en el organismo cuando ya no es necesario. Es muy flexible y liviano y podría usarse en aquellos pacientes que necesitan estimulación temporal después de una cirugía cardíaca.

Un equipo de Investigadores de las universidades Northwestern (NU) y George Washington (GWU) en Estados Unidos han desarrollado el primer marcapasos transitorio de la historia: un dispositivo implantable, inalámbrico, sin baterías ni cables, que desaparece cuando ya no es necesario sin necesidad de retíralo del cuerpo.

La aplicación clínica clave de este marcapasos temporal y biodegradable será en el ámbito de la cirugía cardíaca, adelanta a Efe, el doctor Rishi Arora, coautor del estudio y profesor de cardiología en la NU (www.northwestern.edu).

El dispositivo es delgado, flexible y pesa muy poco y su operatividad es para los pacientes que necesitan una estimulación cardíaca temporal después de haberse sometido a una intervención quirúrgica del corazón.

También podrían utilizarlo de modo temporal aquellos pacientes que están esperando un marcapasos permanente, según la NU.

Todos los componentes del marcapasos están fabricados con materiales que no producen reacciones alérgicas, inmunitarias o de otro tipo, al estar en contacto con los tejidos del organismo del paciente receptor.

Los componentes de este dispositivo se absorben naturalmente en los fluidos biológicos (biofluidos) del cuerpo en el transcurso de cinco a siete semanas, sin necesidad de una extracción quirúrgica, según los autores de la investigación publicada en la revista ‘Nature Biotechnology’.

La eficacia de este dispositivo ha sido comprobada en animales de laboratorio grandes y pequeños, demostrando que proporciona una estimulación eficaz en corazones de varios tamaños y con diversas geometrías, funcionando durante distintos lapsos de tiempo.

INALÁMBRICO, BIOCOMPATIBLE Y REABSORBIBLE.

El dispositivo recolecta energía de forma inalámbrica de una antena remota externa utilizando protocolos de comunicación de campo cercano, según Northwestern.

Se trata de la misma tecnología utilizada en los teléfonos inteligentes para efectuar los pagos electrónicos sin contacto físico con el terminal de pago y en las etiquetas RFID (Identificación por Radio Frecuencia) que incorporan un chip electrónico con información y permiten identificar el producto al que están adheridas al ser expuestas a un lector.

Este sistema inalámbrico elimina la necesidad de que este dispositivo lleve baterías voluminosas y componentes rígidos, incluidos los cables (conductores eléctricos), según la NU.

“Los cables, no solo pueden introducir infecciones, sino que pueden quedar envueltos en tejido cicatricial, es decir, el tejido fibroso que se forma cuando una cirugía destruye el tejido normal al cortarlo, causando un daño cuando son retirados”, indican.

“La biorreabsorción o disolución del dispositivo en el organismo y su desaparición por completo mediante procesos biológicos naturales, evita la necesidad de extracción, eliminando un riesgo adicional para el paciente”, recalcan

Los marcapasos cardíacos temporales utilizados en períodos de necesidad durante la recuperación quirúrgica de un paciente operado, involucran cables percutáneos (que atraviesan la piel) y “hardware” (aparatos) externo que conllevan riesgos de infección, limitan la movilidad del paciente y pueden dañar el corazón durante la extracción del cable, según los investigadores.

“El nuevo marcapasos para el control posoperatorio de la frecuencia y el ritmo cardíaco implantable, sin cables ni batería, se biorreabsorbe después de estar operativo durante un período de tiempo definido”, según la NU.

SE PODRÁ ADMINISTRAR A TRAVÉS DE UN CATÉTER.

“Después de la cirugía cardíaca, muchos pacientes tienen una frecuencia cardíaca lenta y necesitan un marcapasos temporal”, explica a Efe el doctor Rishi Arora, cardiólogo de la NU.

Sin embargo, “los marcapasos temporales actuales conllevan un riesgo de desplazamiento, infección y daño potencial al músculo cardíaco. Además, la mayoría de los cables de estos marcapasos solo funcionan eficazmente durante unos días”, señala.

“Por eso, un marcapasos biodegradable que, por ejemplo, pueda funcionar hasta dos semanas, es un gran avance en el manejo de estos pacientes”, enfatiza Arora, quien adelanta a Efe que en el futuro habrá más mejoras en esta tecnología que ampliarán su campo de aplicaciones.

“Por ejemplo, la posibilidad de administrar este marcapasos biodegradable a través de un catéter por vía transvenosa, podría permitir utilizarlo después de un infarto de miocardio o tras un procedimiento de reemplazo de válvula aórtica transcatéter (TAVR, en inglés) o en un entorno clínico de anormalidades metabólicas asociadas con bradicardia transitoria”, apunta Arora.