El fin del acuerdo

Gouda es un bulldog inglés joven, alegre y lleno de energía. Tintín es un chihuahua viejo, cansado y gruñón. Viven juntos, pero no revueltos, desde hace cuatro años cuando Gouda llegó, tan pequeño que echaba siestas en la cama de Tintín, de manera irrespetuosa. Como no hay una segunda oportunidad para dejar una primera buena impresión, desde entonces, Tintín ha rechazado al nuevo inquilino.

Enemigos

La familia esperaba que, como había ocurrido en el pasado con otras mascotas, en algún momento, Gouda y Tintín hicieran las paces, y se convirtieran en amigos. Esperanza vana. Gouda vive en el segundo piso del hogar, mientras Tintín reina en el primero. Es fácil enterarse cuando Gouda invade territorio enemigo, Tintín ladra y gruñe. La sangre nunca ha llegado al río, porque siempre alguien interviene para defender a Gouda, que se ha convertido en un perro enorme pero bondadoso, poco agresivo.

La tregua

El caso es que, cuando se inició la pandemia y todos nos quedamos en casa, los perros debieron entender que pasaba algo inusual. Su animadversión, por primera vez, entró en tregua. No es que se hicieran amigos, pero, por primera vez, ambos podían permanecer, al mismo tiempo, en la sala sin que tuviéramos que correr a calmar a Tintín, que, como he dicho antes, es quien marca su territorio. De aquella época de paz, entren Tintín y Gouda, guardo una foto inédita en donde ambos descansan, con mi hija Laura en el medio, como frontera humana, pero sin que ninguno de los dos moleste al otro.

Ajustes

Es interesante cómo los animales son capaces de entender situaciones, que a los humanos nos cuesta aceptar, y se adaptan, quizá, mejor que nosotros. Muchas familias han entrado en crisis en medio de la pandemia, al estar todos sus miembros, en casa. Sin embargo, estos perros caminaron en sentido contrario, hacia la paz. Lo que parejas, padres e hijos, incluso, países, no fueron capaces de entender, que en este momento hay que estar unidos para enfrentar un enemigo común, Tintín y Gouda, lo comprendieron. Aunque, la paz, como las medidas restrictivas, va quedando en el pasado.

Al ritmo de la desescalada

Del mismo modo en que el Gobierno ha ido flexibilizando las medidas para volver a la normalidad, la hostilidad entre Gouda y Tintín ha retornado, porque la normalidad entre ellos es la división. El bulldog ha vuelto al segundo piso y el chihuahua, cuando lo ve asomar a su territorio, de nuevo, arma un escándalo que hay que ir a calmarlo, darle agua y tomarle la presión. Nada que, con la desescalada, también llegó a su fin el acuerdo de paz. Ojalá que en muchos hogares ocurra al revés, y retorne la armonía.