La Vida

FOLCLOREANDO

Colegio La Paz y Restaurante Raíces

Cuando mi familia emigró de Puerto Plata a la Capital, en Villa Juana, me inscribieron en el Colegio Adventista La Paz. Solo realicé allí el sexto y el séptimo y luego terminé el bachillerato en el Colegio católico Santa Clara, ubicado en la Ciudad Colonial.

Nunca olvidaré la Sociedad de Menores los viernes, en la que cada curso hacia una actividad teatral y siempre participaba en las mismas. Tampoco olvido el curso que hice “La Voz de la Esperanza”, la Navidad, los intercambios de regalos que ahora son “Angelitos”. Y cómo voy a olvidar que todos los días nos impartían la clase de Biblia, siempre explicando un pasaje de la misma, como Zaqueo.

Recuerdo “La mujer adúltera”, que por no saber lo que significaba ese término y llevarme de mi querido hermano y amigo José Luis Casado, cuando doña Aida la directora me preguntó qué significaba ese pasaje bíblico levantó ambos dedos índices y se lo puso en la cabeza, lo imité y me botaron por una semana, yo siendo inocente.

Aunque no pertenezco a ninguna religión, prefiero tomar de cada una de ellas lo que considero va con mis actividades y creencias, sintiendo que la adventista me da paz, porque “no me acosan”. Tengo amigos y vecinos que pertenecen a ella y nunca me han abordado para mi integración y eso me hace sentir cómoda.

Salud espiritual, física y gastronómica Qué hermosa forma de evangelizar, además de sus cultos, con una librería que incluye en sus estantes ejemplares cuyos contenidos son aportes a la salud y la espiritualidad. Ni qué decir de las atenciones de los empleados, del aporte que hacen con sus productos comestibles saludables, medicina alternativa, de su restaurant Raíces, especializada en comida sana, sin ingredientes nocivos, además de económica y variada.

Tags relacionados