La Vida

ALTRUISMO

El valor de unirse en favor de la educación

Jaclin CamposSanto Domingo, RD

La primera vez que la colombiana Kerlin Sabogal visitó República Dominicana, hace alrededor de dos años, vino con fines recreativos por invitación de una amiga.

Pero esta apasionada de los viajes trabaja como educadora en Houston, Texas, y en cada país al que va no puede dejar de visitar alguna escuela.

República Dominicana no fue la excepción.

De ese modo conoció la realidad de las escuelas del país y se despertó en ella el deseo de hacer algo para ayudar a mejorarla dotando a los estudiantes de recursos y herramientas que redujeran su riesgo de deserción.

“Las maestras me comentaban que había muchos niños que no venían porque no tenían ni los útiles ni la mochila para venir”, recuerda.

Sabogal puso manos a la obra, atrajo aliados con inquietudes similares a las suyas y su deseo se materializó con la creación del proyecto The Courage to Bee (thecouragetobee.org).

La organización, que se enfoca en la donación de útiles y la realización de talleres motivacionales para estudiantes, dio inicio a su labor en febrero del 2020 en Las Palmas de Herrera con una jornada de charlas que, calcula Sabogal, impactó a cerca de 350 niños.

La declaración de la pandemia al siguiente mes no detuvo el trabajo.

“Al contrario”, dice la dominicana Marleny Teters, la amiga que invitó a Sabogal al país por primera vez y que ahora funge como encargada de logística de la fundación.

“Aprovechamos ese tiempo y trabajamos en Houston e hicimos varios eventos, obviamente, con todas las limitaciones de la pandemia, pero se trabajó mucho en la recolección de los útiles y en darnos a conocer”, añade Teters, quien también reside en Houston.

Este junio el equipo regresó al país y trajo consigo las donaciones recibidas. Esta vez las actividades tuvieron lugar no solo en Herrera, sino también en La Vega y Las Terrenas, donde entregaron mochilas con útiles escolares y -a propósito de la pandemia- kits de higiene.

La chef dominicana Carolina Arias, que se unió como voluntaria del proyecto en La Vega, define a los miembros del equipo de The Courage to Bee como personas de empuje y profesionales comprometidos con la comunidad.

Una muestra de ello es que no solo se ocupan de la entrega de materiales, sino que se preocupan por los problemas sociales y emocionales que enfrentan los estudiantes. Por eso contemplan la realización de charlas con figuras y profesionales que les sirvan de mentores y que les demuestren con su ejemplo que sí se puede romper el círculo de pobreza.

“No es solamente la charla”, explica Sabogal. “La presencia tuya impacta a estos niños quizás más que lo que tú les dices”.

Conscientes de que la tecnología resulta crucial en la educación de hoy, la fundación se enfocará en los próximos meses en la creación de alianzas y recolección de fondos para instalar una sala de informática en una escuela de La Vega.

República Dominicana sirve como modelo al proyecto. La organización nació con la intención de expandirse a otros países de la región, empezando por Colombia (específicamente la isla caribeña de San Andrés) y continuando más adelante con Honduras y Haití.

“Tenemos una visión muy grande”, indica Teters.

¿Por qué The Courage to Bee? Sabogal cuenta que un día se detuvo a pensar en qué había necesitado para alcanzar todo lo que había logrado en su vida y concluyó que había sido valor, coraje.

“Ese mismo valor quiero transmitírselo a los estudiantes”, concluye.

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