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Un estudio sugiere una relación entre el consumo de cannabis y la suicidalidad en adultos jóvenes

Un análisis de los datos de una encuesta realizada a más de 280,000 adultos jóvenes de entre 18 y 35 años ha mostrado que el consumo de cannabis se asociaba a un mayor riesgo de pensamientos suicidas, plan de suicidio e intento de suicidio. Estas asociaciones se mantuvieron independientemente de si alguien también experimentaba depresión, y los riesgos eran mayores para las mujeres que para los hombres.

El estudio, que se publica en línea en la revista 'JAMA Network Open', fue realizado por investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

"Si bien no podemos establecer que el consumo de cannabis causó el aumento de la suicidalidad que observamos en este estudio, estas asociaciones justifican una mayor investigación, especialmente teniendo en cuenta la gran carga de suicidio en los adultos jóvenes --adviertela directora del NIDA, Nora Volkow, autora principal de este estudio--. A medida que comprendamos mejor la relación entre el consumo de cannabis, la depresión y la suicidalidad, los médicos podrán ofrecer una mejor orientación y atención a los pacientes".

El número de adultos en los Estados Unidos que consumen cannabis se duplicó con creces, pasando de 22,6 millones en 2008 a 45 millones en 2019, y el número de consumidores diarios o casi diarios casi se triplicó, pasando de 3,6 millones a 9,8 millones en 2019. Durante el mismo período de tiempo, el número de adultos con depresión también aumentó, al igual que el número de personas que informaron de ideación o plan suicida o que murieron por suicidio. Sin embargo, hasta la fecha no se conoce bien la relación entre las tendencias del consumo de cannabis y la suicidalidad.

El estudio actual trató de llenar este vacío. Para su análisis, los investigadores del NIDA examinaron los datos de las Encuestas Nacionales sobre Consumo de Drogas y Salud (NSDUH) de 2008 a 2019. La NSDUH, que se lleva a cabo anualmente por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental, recoge datos representativos a nivel nacional entre la población civil estadounidense, no institucionalizada, de 12 años o más, sobre el consumo de cannabis y el trastorno por consumo, la depresión, el suicidio y otros indicadores de salud conductual.

Además de determinar las asociaciones entre estos factores, los investigadores examinaron si las asociaciones variaban según el género. Examinaron los datos de 281.650 adultos jóvenes de entre 18 y 35 años -la franja de edad en la que surgen la mayoría de los trastornos del consumo de sustancias y del estado de ánimo- con un número casi parejo de mujeres y hombres.

Los investigadores compararon cuatro niveles de consumo de cannabis en el último año: no consumo de cannabis; consumo no diario de cannabis; consumo diario de cannabis, que se definió como el consumo durante al menos 300 días al año; y presencia de trastorno por consumo de cannabis, que se evaluó en la encuesta y que implica el cumplimiento de criterios específicos para un patrón de consumo continuado de cannabis a pesar de las consecuencias negativas.

Para determinar la presencia de depresión, se evaluó la prevalencia de episodios depresivos mayores en base a criterios diagnósticos específicos medidos a través de la encuesta. Al objeto de identificar las tendencias de la suicidalidad, los investigadores evaluaron por separado las tendencias de la prevalencia de la ideación, el plan y el intento de suicidio en el último año, tal como se informó en las encuestas de la NSDUH de 2008 a 2019.

Los resultados del estudio indicaron que incluso las personas que consumían cannabis de forma no diaria, menos de 300 días al año, eran más propensas a tener ideación suicida y a planear o intentar el suicidio que las que no consumían la droga en absoluto. Estas asociaciones se mantuvieron independientemente de si alguien también experimentaba depresión.

Entre las personas sin un episodio depresivo grave, alrededor del 3% de los que no consumían cannabis tenían ideas suicidas, en comparación con alrededor del 7% de los que no consumían cannabis a diario, alrededor del 9% de los que consumían cannabis a diario y el 14% de los que tenían un trastorno por consumo de cannabis.

Y entre las personas con depresión, el 35% de las personas que no consumían cannabis tenían ideas suicidas, en comparación con el 44% de los que no consumían cannabis a diario, el 53% de los que consumían cannabis a diario y el 50% de los que tenían un trastorno por consumo de cannabis. Existían tendencias similares para las asociaciones entre los diferentes niveles de consumo de cannabis y el plan o intento de suicidio.

Además, los investigadores descubrieron que las mujeres que consumían cannabis a cualquier nivel eran más propensas a tener ideas suicidas o a informar de un plan o intento de suicidio que los hombres con los mismos niveles de consumo de cannabis.

Por ejemplo, entre los individuos sin episodio depresivo mayor, la prevalencia de la ideación suicida para aquellos con y sin trastorno por consumo de cannabis fue del 13,9% frente al 3,5% entre las mujeres y del 9,9% frente al 3,0% entre los hombres. Entre los individuos con trastorno por consumo de cannabis y episodio depresivo mayor, la prevalencia del plan de suicidio en el último año fue un 52% mayor en las mujeres (23,7%) que en los hombres (15,6%).