GASTRONOMÍA
El sabor de una ‘marca país’
“Hay un país en el mundo ubicado en el mismo trayecto del sol”. No existe un solo país igual a otro y me refiero a su identidad, su cultura, su gente, su extensión geográfica, comportamiento, forma de pensar, idiosincrasia… En realidad, es en estos conceptos que está la diferencia. A partir de su definición es que debemos buscar la estrategia para crear y fortalecer la marca e imagen de un país. Nosotros la hemos encontrado, y por eso, cada vez, más turistas se dejan atraer por los encantos de nuestro territorio y por el sabor de lo que brindamos.
Ahora que ya tenemos una ‘Marca País’ es importante tomar en cuenta el área gastronómica de nuestra tierra. Para ello se necesita un enfoque claro y preciso de lo que se quiere lograr, no únicamente a corto plazo, sino también a largo plazo, y hacer que las estrategias que se implementen sean efectivas y logren aumentar el número de turistas que llega cada año. De esta forma se estarán llevando en su memoria gustativa un pedacito de nosotros, de lo que nos identifica como dominicanos y de ese sabor de lo nuestro que es tan distintivo y único en el mundo. En definitiva, eso es lo que nos hace diferentes.
Una manera de ponerle sabor a nuestra ‘marca país’ es dándole valor a lo ancestral, pero también a las nuevas propuestas culinarias para, de esta forma, unir lo tradicional con la innovación. Esto sin duda, nos ayudará a preservar lo que nos hace únicos y poder estar al nivel de las grandes cocinas del mundo. Porque ustedes como yo, saben que el arte culinario va muy de la mano con el turismo y, si se quiere flujo de visitantes, hay que importantizar la gastronomía.
Motivación
Nuestra cultura gastronómica inspira, y desde esta área quienes trabajamos en ella estamos dispuestos aportar para el desarrollo de nuestro arte culinario y, por supuesto, de nuestro turismo. Tenemos a nuestro favor ser dueños de la ciudad Primada de América, donde además se vive por primera vez el encuentro entre dos mundos, una mezcla de culturas impresionantes.
Tenemos una historia de productos con carácter, fuerza, personalidad, sabor, y valiosas influencias que hacen a nuestra gastronomía única e inigualable. Son ventajas culturales a las que podemos sacarle provecho al máximo y convertirlas en un motor de desarrollo inclusivo.