El autocuidado no es un lujo; tu salud no puede esperar

“Actualmente, la vida nos pasa en una carrera contrarreloj, en la persecución de metas y sueños que vemos adelante. Nos enfocamos en cumplir con las expectativas: las propias y las ajenas. Lo cierto es que muchas veces ponemos en último lugar el autocuidado, un hábito primordial para nuestra salud física y mental. El énfasis en la productividad nos lleva a saturar nuestras agendas de pendientes, checklists y recordatorios, dejando poco o nada de espacio para aquellas cosas que nos producen bienestar”. Esta reflexión es de Perla Navarro Vásquez, psicóloga, especialista en intervenciones en irisis y trauma

Según la especialista, este estilo de vida no solamente produce agotamiento como normalmente lo pensamos, que es el cansancio del día a día, sino que genera un deterioro progresivo. Diversos estudios demuestran cómo la exposición constante a estresores laborales y sociales sin adecuados mecanismos de afrontamiento, aumenta la vulnerabilidad a desarrollar problemas significativos de salud mental física y mental, como trastornos de ansiedad, Síndrome de Burnout, perturbaciones en el sueño, depresión, y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico.

Tener hábitos adecuados de autocuidado es importante en la prevención de estas y otras consecuencias. “La importancia que le damos a las responsabilidades y las exigencias sociales nos lleva a ver el autocuidado como un lujo que solo podemos permitirnos cuando tenemos las anheladas vacaciones, y que requiere de una planificación y unos recursos específicos, por lo que lo postergamos. Pero el autocuidado es algo que debemos y podemos incluir en nuestra rutina diaria, con actividades sencillas y ajustadas a tus posibilidades, que brinden ese espacio de desconexión y bienestar: ir a caminar, practicar un hobby, leer, tomar un café, compartir con amigos y amigas, etcétera", comenta la especialista del Grupo Profesional Psicológicamente.

¡Cuidado con las horas extras!

Navarro Vásquez dice que se sabe que, con las exigencias de la realidad laboral y familiar, muchas veces no queda tiempo para la persona cuidarse. “A veces tenemos empleos en los que creen que no hay nada más en nuestra vida después del trabajo, e incluso se promueve el overtiming (trabajar horas extras) como un valor. Y cuando finalmente llegamos a la casa, es para asumir otras responsabilidades, las del hogar, que son igual o más demandantes que las laborales”, admite.

“¿Qué te quiero dejar dicho con esto?”, se pregunta la especialista. “Bueno, que, si lo dejas para cuando haya tiempo, la verdad es que muy probablemente nunca lo hagas. Siempre habrá motivos válidos para postergarlo, pero tu salud no se puede postergar. El tiempo hay que hacerlo”.

Hay que reservar el tiempo, tomar la decisión y poner los límites que sean necesarios. Se puede empezar con pequeños pasos, con una hora a la semana, lo importante es hacerlo. Iniciar a cuidarte te permite convertir esto en un hábito constante, en una parte de ti, destaca.