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Vive una vida más flexible

Podemos ser eficientes y productivos si nos dan la libertad para alcanzar los objetivos trabajando las horas y en los lugares que elijamos, según una experta en tendencias, para quien una de las claves de una vida más inteligente y feliz es organizar nuestro trabajo con flexibilidad. Y el primer paso es flexibilizar la mente.

La pandemia del Covid parece haber demostrado algo que la consultora y cazadora de tendencias Annie Auerbach lleva años defendiendo: que “trabajar de 9 a 5 en una oficina ya no funciona para la mayoría de nosotr@s” .

“Es el momento de cambiar las reglas” señala esta autora y cofundadora de Starling (https://starlingstrategy.co.uk) una agencia de tendencias con sede en Londres (Reino Unido) especializada en lograr que las marcas sigan siendo relevantes mediante el entendimiento del cambio cultural.

Para Auerbach “podemos ser eficientes y productivos si nos dan la libertad de la flexibilidad para alcanzar los objetivos trabajando las horas y en los lugares que elijamos”.

Ella misma ha trabajado de manera flexible durante 20 años de diferentes formas: a media jornada, desde casa, con varios proyectos a la vez y como autónoma.

Señala que, antes de la pandemia, solo un porcentaje muy bajo de trabajadores tenía acceso a algún tipo de teletrabajo, como ya se ha vuelto habitual en la actual era post-Covid, por lo que “ahora es el momento de convertir este cambio en rutina”.

DEJAR ATRÁS EL CUBÍCULO.

Auerbach insiste en la importancia de dejar atrás el cubículo de trabajo “y explorar las realidades que muchas mujeres han experimentado al trabajar desde sus casas y los cambios que esto ha traído a sus vidas, incluyendo desde los provechosos efectos en lo emocional, hasta el equilibrio entre el cuidado y la educación de los niños con el trabajo”.

Las ideas y propuestas que expone en su último libro titulado ‘Flexibilidad’ se enfocan en la vida profesional y laboral de las mujeres de hoy, pero muchos de estos conceptos son válidos y aplicables sin distinción de géneros.

“La flexibilidad es un manifiesto para vivir y trabajar según tus condiciones. Es una manera creativa, rebelde y fantástica de vivir. Significa observar la manera establecida y rígida de hacer las cosas y preguntarse: “¿De verdad esto me va bien?””, señala.

“Cuando aprendemos a flexibilizar, adquirimos un “superpoder” que nos permite desafiar lo que nos está reteniendo y reinventar las normas para llevar una vida más inteligente y feliz”, destaca.

“Para flexibilizar debemos mirar en nuestro interior y preguntarnos: “¿Cómo puedo sacar el máximo provecho a mis habilidades en el trabajo y al mismo tiempo ser la madre, o la pareja, o la amiga que deseo ser en casa?”, indica refiriéndose al colectivo femenino.

“Y, una vez que hemos averiguado lo que significa flexibilizar debemos encontrar la seguridad en nosotras para pedirlo, incluso aunque eso suponga ir en contra de nuestra actual rutina laboral e incluso contra las expectativas de la sociedad hacia nosotras”, añade.

“La rigidez en un mundo de cambio significa que algo se va a romper, y podrías ser tú, si no te flexibilizas”, advierte.

Explica que el concepto de flexibilidad se manifiesta en distintos ámbitos como el trabajo, nuestro hogar, nuestro cuerpo, nuestro futuro y en los cambios, “como los producidos por la Covid-19, aunque todas estas manifestaciones requieren ante todo flexibilizar nuestra mente, volviéndola más creativa”, incide.

“Cultivar la flexibilidad mental se basa en inventar nuevas respuestas a viejos problemas. Nos obliga a desafiar el ‘status quo’ y a hacer preguntas difíciles como ¿es esta la manera en que deberíamos estar viviendo y trabajando? ¿Las normas que todas aceptamos como válidas nos hacen felices?”, agrega Annie Auerbach.

“Esto es lo contrario del dogma y la rigidez No resulta fácil. Requiere valentía, innovación, empatía, una actitud anticonvencional y una buena dosis de creatividad”, apunta.

También asegura que “cuanto más flexibilicemos nuestros músculos creativos, mejor pondremos a prueba nuestras habilidades de cara al futuro y a las nuevas actividades laborales que traerá consigo”.

“El pensamiento creativo requiere que seamos capaces de mirar por encima de los parapetos, colaborar y tener empatía con los demás, encontrar vínculos entre diferentes disciplinas y juntar ideas existentes que no habían sido conectadas”, según Auerbach.

“También necesitaremos modificar nuestras ideas preconcebidas y abrir nuestra mente y corazón a experiencias nuevas”, añade.

DECÁLOGO PARA OBTENER UNA MENTE FLEXIBLE Y CREATIVA.

Para ‘polinizar’ nuestra creatividad y flexibilidad mental y crear las condiciones para que prosperen, Auerbach propone el siguiente decálogo:

1.- Viaja todo lo posible.

Cuanto más conozcas mundo y más extrañas sean las situaciones en las que te encuentres, más probable es que expandas tu área mental y te sucedan cosas fortuitas. Eso te obligará a ser curios@, a hablar con la gente, a encontrar maneras distintas de hacer las cosas.

2.- Si no puedes viajar, muéstrate abiert@ a nuevas influencias allá donde puedan aparecer.

Fíjate en las cosas, muestra curiosidad, pregunta ¿por qué?. Toma un nuevo camino para ir a trabajar o a clase. Esto te obligará a ver las cosas de un modo ligeramente distinto y te enfrentará a nuevos estímulos.

3.- Camina.

Es una actividad instintiva en la que no necesitas concentrarte para realizarla y que permite a la mente divagar, lo cual es un terreno fértil para las ideas creativas e ingeniosas.

4.- Sal a dar un paseo en solitario y deja que las ideas te lleguen, o pasea con alguien más y habla de esas ideas.

5.- Haz una foto todos los días.

Esto te ayudará a observar, a fijarte más en las cosas del día a día que, de lo contrario, tal vez ignorarías, y te permitirá encontrar nuevas perspectivas.

6.- Rompe con tus ideas preconcebidas.

Analiza a las personas que sigues en las redes sociales, y sigue a las voces desafiantes y diversas, evitando a quienes son más evidentes y ruidosos.

7.- Procura ser empátic@.

Debes ser capaz de ponerte en el lugar de otras personas y de compartir sus sentimientos, tratando de pensar de manera flexible y abierta sobre aquellas ideas ajenas que te resulten raras y discordantes.

8.- Mezcla las ideas aparentemente inconexas.

Genera puntos de contactos entre ellas, une esos puntos. Es posible que te lleven a conclusiones que no habías imaginado.

9.-Lee libros siempre que puedas.

De ficción, de no ficción, lo que sea. Incluso sobre aquellos temas que no elegirías automáticamente, como hace Stack (www.stackmagazines.com), un servicio de suscripción que ofrece una revista especializada diferente cada mes sobre asuntos que van desde el arte hasta el tenis.

10.- Si tienes una sequía creativa no te preocupes, sal a dar un paseo o ponte a leer.

Quítate presión de encima, disfruta del momento sin forzar las cosas. Es entonces cuando sucederá la magia. Cuando no nos esforzamos en tener ideas, ¡surgen solas!. Pruébalo.

“En resumen, para flexibilizar nuestra mente, haciéndola menos rígida, debemos preguntarnos qué deseamos realmente y qué debemos cambiar para lograrlo. Para conseguir esto debemos pensar de manera creativa. Cuando te llegue una idea, déjala libre. Deja que te lleve a donde quiera ir. Dedícate a nadar en el caldo cultural en el que vives. Reacciona a lo que hay ahí fuera. Escucha a las personas y reúnete y empatiza con ellas. Vive en tu tiempo e inventa un discurso diferente al respecto”, concluye.

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