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La Vida

VIDA VERDE

Las esculturas verdes del topiarista dominicano Francisco Gutiérrez

En Cevicos. Sueña con hacer de su vivero un parque temático y una escuela para mostrar su talento con la poda y enseñar a otros el arte del paisajismo con topiarias.

El elefante frente a su casa es su trabajo más conocido. Le acompaña, al lado, un helicóptero de las Fuerzas Armadas. ©Raúl Asencio/LD

Yaniris LópezCevicos, Sánchez Ramírez

Las topiarias del dominicano Francisco Gutiérrez forman parte del paisaje rural y urbano del municipio de Cevicos.

Sus esculturas verdes alegran los parques, plazoletas, jardines privados y carreteras de la Capital de la Piña, al este de la provincia Sánchez Ramírez. La gente se acerca a verlas y se sorprende porque están podadas sin moldes. Solo tallos, ramas y un poco de soga para sostener las formas. La mayor cantidad de topiarias están en su vivero “La ciencia y el arte”. Decenas de figuras le dan la bienvenida al visitante en un área de unos 600 metros cuadrados. Los ojos se deslizan entre helicópteros de la Fuerza Aérea Dominicana, pajuiles, gorilas, dinosaurios, sapos, cocodrilos, canguros, mariposas, delfines, rinocerontes, hipopótamos y, por supuesto, una piña. Antes de decidirse por la poda decorativa, Gutiérrez se consideraba un gran aficionado a la aeronáutica y soñaba con fabricar aeronaves. Su hermano, jardinero, le hizo ver el encanto de trabajar la tierra con fines ornamentales y hace unos 25 años que se dedica exclusivamente al topiarismo. A su primera poda, un ganso levantado en arbolito chino (Duranta sp.), le siguieron todo tipo de figuras en laurel (Ficus microcarpa) y en su especie favorita para darle forma a las plantas: fukien tea (Carmona retusa). Entre su colección destacan un elefante y una girafa en gri-grí: todo un espectáculo. Si alguien se interesa por una de sus topiarias, no hay problemas: están preparadas sobre una plataforma de tierra, con el espesor recomendado para sacarlas y colocarlas directamente donde el cliente desee, explica Gutiérrez. El artista se compromete a darle mantenimiento a las esculturas no importa dónde estén, asegurándose de la poda y alimentación con nutrientes cada 45 días. Además de Cevicos, lugar donde nació y vive, algunas de sus topiarias han sido llevadas a Cotuí, Miches, San Cristóbal y Santiago Rodríguez. Su destreza con las tijeras de podar es reconocida en todo el pueblo. Si la planta ya tiene el tamaño adecuado, a Gutiérrez le toma muy poco tiempo ofrecerle una figura y darle movimiento. “Espero que el árbol crezca mínimo entre tres y cuatro metros y le doy forma. En fracción de 10 minutos le hago un elefante, teniendo el árbol con sus ramas completas se lo hago”, dice el maestro de la poda a LISTÍN DIARIO. Su obra maestra es, precisamente, un elefante de tamaño natural ubicado frente a su casa en el centro de Cevicos.

UN PARQUE TEMÁTICO

El sueño de Gutiérrez es convertir el vivero “La ciencia y el arte” en un gran parque temático que forme parte, a su vez, de un recorrido para conocer las topiarias diseminadas por todo el municipio. ¿El nombre? Un homenaje a su pasión por la tecnología y al arte de la poda.

El lugar podría convertirse en un taller escuela a la que lleguen personas de todo el país interesadas en la topiaria, comenta. “Hay que dejar ejemplos –asegura-. Este es un pueblo de poco desarrollo y el parque temático sería un centro para promover no solo mis topiarias, sino el arte de Cevicos, lo que hacen los pintores, los artesanos”. Para ello necesita algunos materiales e infraestructuras que no puede costear, como un camión de piedras grandes y otro de piedras decorativas para hacer los senderos, varillas, cemento y un quiosco con baños para recibir las visitas. Si desean colaborar, ya sea comprando topiarias o aportando para el Parque Temático La Ciencia y el Arte, su número es (829) 769-8241. Lo puede visitar también aquí: /viverolacienciayelarte/

DESEARÍA VER MÁS TOPIARIOS EN RD

A Gutiérrez le sorprende que teniendo tanta variedad de especies para escoger, la topiaria con figuras de animales, frutas y objetos sea poco practicada en República Dominicana. Salvo los tradicionales topiarios de bolas, conos y parterres ovalados, cuadrados y rectangulares, no es común ver este tipo de esculturas vivas.

Para él sería un honor, dice, que algunas de sus topiarias engalanaran los jardines del Palacio Nacional, del Jardín Botánico, del Zoológico Nacional o de la Fuerza Aérea Dominicana. También de hoteles, restaurantes, parques públicos e instituciones públicas y privadas. “Además de contribuir con la siembra de plantas, esto atraería turistas y sería un atractivo más de cualquier lugar. Me gustaría, por ejemplo, que el Ministerio de Turismo me tomara en cuenta para mostrar las topiarias en las ferias donde se represente al país”, añade.