En honor a Marcio Veloz Maggiolo
HA SIDO UN ESCRITOR TUTELAR, NO SOLO POR EL ALCANCE DE SU OBRA, SINO TAMBIÉN POR SU ESTIMULANTE PRESENCIA, ORIENTADORA Y SABIA
Durante una conferencia en la Feria del Libro de Madrid 2019, dedicada a la República Dominicana, dije que Marcio Veloz Maggiolo (1936) es el escritor dominicano vivo más importante de nuestro país. Él ha sido un escritor tutelar, no solo por el alcance de su obra, sino también por su estimulante presencia, orientadora y sabia, su generosa actitud hacia los jóvenes creadores, y su ejemplo de escritor consagrado e innovador.
Mucho antes de que el tema se pusiera de moda, Marcio fue el escritor que más profundizó en los laberintos de la dictadura de Trujillo, y lo hizo desde distintas perspectivas y géneros, hurgando en los entresijos de la historia para construir perdurables criaturas de la imaginación, o dejar un testimonio único, como lo demostró en «Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas» (1997), que es también una excelente biografía colectiva de su barrio, y de personajes emblemáticos de una era infame.
Veloz Maggiolo es un escritor ecuménico cuya obra abarca la poesía, el relato, la novela, la crítica, la antropología cultural y la prehistoria de nuestra isla, entre otros. Su infatigable labor de más de seis décadas se mantiene vigorosa, con la publicación de nuevas obras que son prueba fehaciente de su tenacidad y su lucidez.
Algunas de sus novelas mayores han trascendido los límites insulares para proyectarse a otros países, siendo traducidas a numerosos idiomas y estudiadas por críticos literarios de prestigio.
Conocí personalmente a Marcio Veloz Maggiolo en aquellos tiempos promisorios de los Premios Siboney (1978-1985), en los que él era secretario y mediador respetado por jurados de primera, y donde jugó un papel clave. Y le estaré siempre agradecido por su trato afable con Ida y conmigo, y sus palabras la noche de la puesta en circulación de «La carne estremecida» (1989), y sobre todo por la distinción de su amistad.