Después del Covid, ¿sabes cuál es la atención postinfección viral a seguir?

“Una vez nuestro paciente fue tratado por una infección viral por Covid-19, y luego tiene resultados negativos en su prueba, debemos revisar qué parámetros estaban alterados en el paciente durante el curso o tiempo de su infección activa para dar seguimiento estricto y evitar las secuelas que pudieran generar otros problemas de salud en el futuro de nuestro paciente”.

Así comienza diciendo la neumóloga María Nicida Beltré al referirse al tema de la atención postinfección viral que debe seguirse en los pacientes a los que el coronavirus le ha afectado de manera importante su salud, sobre todo, la de sus pulmones.

La especialista sostiene que de una forma holística debe verse la interacción multidisciplinaria que el paciente necesitará. En esta entran en juego neumólogo, psicólogo, cardiólogo, hematólogo, gastro, neurólogo, reumatólogo, nutriólogo, endocrinólogo, fisiatra, entre otras especialidades.

¿Qué haremos con ese sistema inmunológico de los pacientes, todos tocados fuertemente por la infección viral? Esta pregunta se la hace Beltré con la intención de explicar que: “Todos estos pacientes deben recibir tratamiento con los llamados inmunoestimulantes, los cuales contribuyen a mejorar su sistema de defensa orgánica, protegiéndolos de futuras infecciones, ya sea por virus o bacterias oportunistas”.

La neumóloga cree en el enfoque médico-paciente. Desde su óptica, este debe ser empático, debido a la tendencia al miedo que tiene el paciente al recibir una prueba Covid-19 positiva. Esto genera incertidumbre y miedo, causando el estrés emocional que muchos de los casos pueden empeorar su cuadro y, si no encuentra firmeza y confianza en su atención puede generar ingresos hospitalarios, y en el peor de los casos, hasta muertes. De ahí la importancia del seguimiento postcovid.

Pasos de prevención y vida

La atención en base a tratamiento en paciente con Covid-19 debe ser ordenado por pasos. Farmacológicos: Algunos fármacos inmunoestimulantes en el mercado son útiles, sobre todo, los que contienen lisados bacterianos liofilizados, que son residuos de bacterias que al entrar en el cuerpo estimulan la producción de inmunoglobulinas en las mucosas respiratorias, favoreciendo los mecanismos de protección inmunológica contra los gérmenes virales, explica María Nicida Beltré.

Existen también otros fármacos compuestos de sustancia que presentan actividad inmunoestimulante e inmunorreguladora sobre los linfocitos T (células especializadas del sistema inmune, que son mediadores de la respuesta inmune).

Están indicados en problemas de inmudeficiencia secundaria y primaria con alteración en la maduración de los linfocitos T, en infecciones del sistema respiratorio.

Tienen una acción preventiva reforzando el siste ma respiratorio ante diferentes tipos de virus (como el coronavirus), bacterias y hongos, rechazando la probabilidad de infecciones respiratorias. Actúa tanto en la respuesta adaptativa como en la innata con la finalidad de inducir maduración de distintas líneas celulares que usualmente se encuentran deficientes en los procesos infecciosos, y refuerza y estimula tanto los mecanismos inmunológicos involucrados en la inmunidad humoral como los de la inmunidad celular mediados por linfocitos T. La explicación es de la especialista.

Beltré dice que todos poseen una acción profiláctica y de protección eficaz y eficiente contra infecciones respiratorias por todos los tipos de gérmenes.

Alimentación: Además de los inmunoestimulantes farmacológicos, el paciente requiere de una alimentación balanceada con todos los elementos necesarios. Una dieta completa es aquella que ayuda a mantener un sistema inmunológico sano. Entre ella deben predominar las frutas y verduras, sobre todo, si son frescas, por el contenido de vitaminas y minerales que poseen y aportan.

Actividad física y recreativa: como complemento fundamental para mejorar el sistema inmunológico, están los ejercicios. Cuidado de la su salud mental y emocional: esto es fundamental, dado que el estrés o la ansiedad pueden afectar negativamente el sistema inmunológico.