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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Escribir antes de llamar

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Marta QuélizSanto Domingo, RD

En el mundo de la virtualidad, hay muchas cosas que han cambiado. Antes, una llamada resolvía muchas cosas, ahora es lo contrario: puede dañar muchas cosas. Interrumpir una reunión por Zoom o tumbar una clase ‘online’, por ejemplo. Por eso es que se hace necesario que, antes de alegremente marcar un número de teléfono, hagamos una preguntita mágica: ¿Te puedo llamar? Y, junto a esta interrogante, tratar de tener el control y evitar marcar.

Viaje hacia la prudencia

Por entender que se hace necesario ser más medidos con respecto a este tema, decidí hacer un corto viaje a una ciudad fabulosa donde la prudencia siempre ha sido la reina y, ante la modernidad del mundo, ha tomado mucho más protagonismo. Al llegar al lugar noté que la tecnología es bien utilizada, que han sabido sacarle provecho más que nunca, pues la pandemia la ha puesto al servicio de la humanidad para aligerar la carga, no para importunar a los demás.

Sin ‘ring, ring’

En aquel lugar fabuloso no hay un ‘ring, ring’ que interrumpa las actividades virtuales que se realizan por teléfono, y mucho menos que estropee las reuniones familiares que, aunque sean presencial, pueden ser afectadas con llamadas a veces sin sentido. Allí, la gente acostumbra a escribir un mensaje y, cuando la persona lo entiende pertinente, pues devuelve con otro mensaje, y se ponen de acuerdo a ver si procede esa llamada. Esa dinámica se da de parte y parte. Todos lo ponen en práctica y las cosas fluyen mejor.

¡No a la videollamada!

Este tipo de comunicación solo funciona si hay primero una autorización. Por todo lo que conlleva hablar y ver a alguien en el escenario en que se encuentra, este tipo de llamada debe hacerse solo si la persona así lo quiere. En esta ciudad fabulosa se hace una pregunta simple vía mensaje de texto: “¿Puedo hacerte una videollamada?”. Dependiendo de la respuesta es que se hace o no. Eso se respeta como palabra de rey.

En la realidad

El ‘ring, ring’ de mi celular me trajo de regreso a mi querido país donde a más de uno le hemos echado a perder con nuestras inoportunas llamadas, un negocio virtual que estaba haciendo, una clase, una reunión y quién sabe, si hasta una cita de amor, solo por no preguntar antes de marcar. Hay emergencia, es cierto, y eso no tiene protocolo, pero mientras se pueda preguntar antes de llamar, vamos hacerlo.

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