PSICOLOGÍA

La respiración: la clave para el manejo de la ansiedad

Uno de los indicadores más frecuentes de la ansiedad es el aumento de la frecuencia cardíaca. El corazón bombea más sangre y prepara al cuerpo para una huida debido a que está detectando una amenaza.

Sin embargo, en ocasiones esta amenaza no es real, sino el producto de ciertos pensamientos que distorsionan la realidad. De ser así, una de las herramientas que todos tenemos a mano –aunque no seamos tan conscientes de ella- es la respiración. Cuando los latidos de nuestro corazón aumentan a consecuencia de la ansiedad, nuestra respiración se vuelve más agitada. Por lo que centrarnos en nuestra respiración permitirá regular esta sobreactividad que está experimentando el cuerpo. ¿Cómo hacerlo? Existen diferentes formas. Una de ellas consiste en inhalar 4 segundos, retener el aire 2 segundos y expulsarlo durante 4 segundos más. Otra que se puede añadir a la anterior consiste en ser conscientes de nuestro cuerpo observando los movimientos de nuestro pecho y abdomen al respirar. De esta forma, al hacer el ejercicio de relajación, vamos viendo los cambios en la velocidad de nuestra respiración. En esencia, se trata de dar una respuesta física diferente. Claro está, más que ejercicios, esta es una práctica que necesita tiempo y constancia. Esto así porque, si el cuerpo aprende cómo se siente cuando está relajado, podrá detectar más fácil los cambios y actuar en consecuencia. Es importante señalar también que, si los episodios de ansiedad se vuelven tan frecuentes que interfieren con tu vida diaria de manera significativa, lo más recomendable es acudir a un especialista de la salud mental.

_________ El autor es psicólogo e investigador del Grupo Profesional Psicológicamente