La Vida

La activa generación “silver”

La llegada de la edad de retirarse ofrece a muchas personas de la ‘generación plateada’ la oportunidad de elegir libremente cómo quieren vivir el resto de sus días sin disponer de ningún guión escrito y poder dar un nuevo sentido a su existencia, valorando lo que de verdad importa.

La actriz Helen Mirren sigue triunfando a sus más de 70 años. En la imagen recibiendo un premio en 2020 en Berlín (Alemania). Foto: EFE/EPA/CLEMENS BILAN

EFE, María Jesús RibasReportaje

¿Que tienen en común los grandes abuelos y bisabuelos de la canción que se siguen subiendo al escenario o componiendo música -o lo han seguido haciendo hasta edades muy avanzadas- como Bob Dylan, Paul McCartney, Mick Jagger y Keith Richards, Tony Benett, Willie Nelson o Raphael?.

¿Cuál es o era el secreto de actores como Kirk Douglas o Angela Lansbury; de pintores y escultores como Joan Miró o Pablo Picasso; de escritores como Milan Kundera o Robert Graves, que siguieron en activo o crearon su última obra con más de ochenta y noventa años de edad o incluso siendo centenarios?.

Ello sin olvidar a Miguel de Cervantes, quien escribió la segunda parte de “El Quijote” a los 68 años, en 1615, algo excepcional teniendo en cuenta la esperanza de vida en aquella época.

“A esas edades ya no les mueve la fama o el dinero pero, ¿entonces que los impulsa a seguir creando y trabajando, en la tercera temporada de la vida?”, se pregunta Antoni M. Lluch, licenciado en Medicina y Cirugía, doctor en Odontología y docente universitario y especialista en ‘habilidades suaves’ (competencias sociales, comunicativas y psicológicas).

“No hay una única razón para la extensa actividad creativa de estos artistas, además de la propia creatividad, que es en sí misma un factor de mejora y motivación en la vida, al conectarnos directamente con nuestro mundo emocional y que nos hace sentir vivos y experimentar intensos sentimientos”, según Lluch.

Para este experto uno de los grandes secretos de estos personajes famosos “en edad de retirarse”, es que aman y disfrutan lo que hacen, porque les da sentido a sus vidas, y no hace falta ser un artista o un “fuera serie”, para poder aplicarlo.

“Su actividad les reporta una experiencia óptima que se convierte en parte de ellos y en su propósito vital. Distintos estudios demuestran que tener uno o varios propósitos en la vida te ayuda a vivir más años y te rejuvenece y, aunque parezca difícil de creer, los que no lo tienen mueren prematuramente”, señala.

Lluch describe ésta y otras claves de motivación y superación personal en ‘Generación Silver’, su libro enfocado a las personas que, “sintiéndose jóvenes, viviendo, pensando, vistiendo y realizando actividades no acordes a lo que dicta su edad biológica, están a las puertas de una nueva vida al cesar su actividad habitual y llegar a la edad de jubilación”.

Esta generación (generacionsilver.com) está formada por los miembros del ‘baby boom’ (nacidos entre 1946 y 1964), por lo que en 2020 tenían entre 56 y 74 años, siendo una etapa en la que se puede adoptar un nuevo estilo de vida, bajo la consigna de ¡ahora empieza lo mejor!, según el doctor Lluch.

En este caso, el apelativo ‘silver’ (plata) se refiere al color del cabello de esta generación, pero también al metal precioso utilizado en joyería, como símbolo del valor de esta etapa vital.

MÁS LONGEVIDAD, MAYORES POSIBILIDADES

“Esta generación se caracteriza por presentar un aumento de la longevidad y jubilarse a una edad más temprana de lo que lo harán las generaciones posteriores”, según Lluch.

“Gracias a que disfrutarán de una mayor longevidad y un mejor estado físico que las generaciones anteriores, tendrán que aprender a gestionar su nueva situación para vivir a pleno rendimiento su próximo tercio de vida”, señala.

“Son personas que se sienten con salud, con fuerza e ilusión para desarrollar múltiples proyectos pendientes, y que han decidido disponer de su tiempo y ser dueños de su propio destino sin perder calidad de vida”, destaca Lluch.

“Y es que una persona ‘silver’ puede llegar a ser hasta diez o quince años más joven de lo que marca su partida de nacimiento, si reconoce las posibilidades de su nuevo presente y aprovecha la oportunidad que se le ofrece para cambiar su estilo de vida”, comenta el autor.

“Entrenar y vigilar nuestro cerebro para que cuide de nosotros, dar importancia a la cantidad y calidad de nuestra alimentación y convertir nuestra actividad en un espacio de crecimiento, son algunas claves de la vida de quienes han decidido ser jóvenes más tiempo o envejecer más tarde”, explica Lluch.

“Este nuevo estilo de vida ‘silver’ se caracteriza por la voluntad o el deseo de mantener y mejorar en lo posible su situación actual, y por la necesidad de seguir realizándose como persona desarrollando una o varias actividades que les motiven y le den sentido a esta larga etapa”, puntualiza.

“Cuidar y mejorar la salud, las relaciones sociales, la economía y aprovechar su experiencia y la oportunidad que se les presenta para disfrutar más de la vida, son “propósitos de futuro”, pero no bastan para dar un significado a esta nueva etapa y levantarse cada mañana con la ilusión de que nos espera una actividad que les atrae y nos aporta algo más que bienestar”, asegura a Efe.

Para Lluch, el principal desafío que conlleva cesar la actividad habitual, es el vacío que se genera, al pasar la persona a un segundo plano y dejar atrás los retos del día a día.

UN PROPÓSITO VITAL PARA LLENAR EL VACÍO

“Para llenar este vacío, los miembros de la generación ‘silver’ necesitan disponer de uno o varios “propósitos” que les posibiliten avanzar en su crecimiento personal y poder dar un sentido más amplio y profundo a su vida, dedicando el tiempo a aquellos proyectos o actividades que les ilusionan”, reflexiona.

“Vivir el día a día sin hacer nada y sin tener ningún objetivo ni afrontar nuevos retos, es algo que no hace felices a quienes integran esta generación”, señala.

“El “life motive” de esta nueva etapa pueden ser actividades, físicas o mentales, nuevas o no, en las que confluyan nuestro talento y nuestras habilidades con lo que nos gusta o nos apasiona, nos motiva y nos hace sentir bien”, según Lluch.

También indica que estas actividades “deben basarse en el deseo y pueden ser muchas, dependiendo de las aficiones, la trayectoria profesional, y los conocimientos y habilidades de cada persona: desde costura, jardinería, escritura, canto, tocar un instrumento, maquetas, hasta bailes de salón, restaurar muebles o enseres, crear el árbol genealógico, estudiar idiomas o pintar”.

“Deben tener un componente de iniciativa y creatividad, y estas personas deben darse la opción de decidir cómo la quieren realizar o hacia dónde quieren ir, además de imprimirle una parte de tu sello personal”, finaliza.