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Lucero Arboleda: Fue el alma de la Biblioteca “Emilio Rodríguez Demorizi”

Lucero Arboleda exdirectora de la Biblioteca Emilio Demorizi/ LD

Nairobi NúñezSanto Domingo, RD

Lucero Arboleda es oriunda de Colombia y su esposo, Manuel Roa, es dominicano. Han dedicado los mejores años de sus vidas al ordenamiento de las bibliotecas nacionales.

Ellos tramitaron y prepararon el donativo que recibió el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) de las bibliotecas parciarles de Emilio Rodríguez Demorizi (temas dominicanos) y Francisco Comarazamy, cada una conformadas 15 mil títulos. Estos se unieron a los 250,000 volúmenes que hoy se encuentran debidamente catalogados en a disposición de los 50 mil visitantes diarios que requieren los servicios de la misma.

Dos bibliotecas ejemplares Ambos esposos pasaron varios años de intensa labor. Descubrieron tesoros inimaginables, obras agotadas del mercado y joyas que la mente humana no puede imaginar.

Ante esos tesoros, y sobre todo, ante la importancia de la figura de Emilio Rodríguez Demorizi, la biblioteca adoptó su nombre en 1986 como homenaje a su figura y ahora como depostaria de una parte de su valiosa obra.

Su testimonio Sobre su experiencia con ambas donaciones, doña Lucero relató lo siguiente:

“Emilio Rodríguez Demorizi fue un erudito, no hay un tema de la cultura dominicana donde no se le mencione. Además, fue un gran escritor e historiador. Nosotros, como parte del equipo de Intec, le cambiamos el nombre de Biblioteca Intec a Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi, en 1986.

Después de su muerte, su hija Clarita Rodríguez nos llamó a través de Bernardo Vega para preguntarnos si queríamos conservar la biblioteca de su padre y fue ahí cuando hablé con el Rector de Intec quien indudablemente aceptó. De esa forma nos hicieron la grata entrega de ese importante legado.

Cedieron esos libros por un período de 20 años, pero al final se quedaron en la biblioteca, porque su hija así lo dispuso.

Con su esposo Manuel (era encargado del área técnica de la biblioteca) desarrolló la base de datos para facilitar el estudio a los niños y adultos y encontrar cualquier información desde la computadora. Hoy día, la biblioteca recibe a cualquier persona sea estudiante universitario o no. Sea nacional o extranjero, además se les permite tomar copias de cualquier escrito.

Su vida Ella cursó sus primeros estudios universitarios en Universidad del Valle, donde escogió la carrera de economía, mientras realizaba el programa estudiantil “estudia y trabaja”, desempeñándose como servicio al cliente en la biblioteca de esa academia.

Luego, el encargado de esa biblioteca le dijo: “Tú das para esto”, ya que vio su vocación de servicio y su amor por la lectura: “Sonriente me quedé pensando en su opinión y fue ahí cuando decidí hacer el cambio de carrera a bibliotecóloga, y hasta ahora no me arrepiento”, explicó con satisfacción.

Tiempo después conoció en la facultad a Manuel Roa, su esposo, quien estudiaba la misma carrera universitaria que ella y formaron una relación sentimental que aún prevalece. Al terminar los estudios universitarios a él se le dificultó encontrar un empleo estable en Colombia y le propuso ir a vivir a República Dominicana, su país natal. Propuesta que ella aceptó.

Desde su llegada a la República Dominicana en 1973 se dedicó a buscar empleo. El primer centro que la contrató fue la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) de Santiago, donde se desempeñó en el área de la biblioteca hasta el año 1975.

En 1976 la llamaron del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) donde inició una larga trayectoria de 44 años como directora de la Biblioteca “Emilio Rodríguez Demorizi”.

Su pasión por la lectura nace desde pequeña. Se la inculcaron en su casa. Cuando su madre iba al supermercado le permitía quedarse en la biblioteca en lo que ella hacía la compra. En ese intervalo, comenzaba a leer textos y eso le gusta mucho.

En aquellos tiempos la gran distracción era la lectura. Pasaba horas y horas en la biblioteca sin molestar.

Además, en cada sector colombiano había una biblioteca y eso ayudó mucho a que le tomara amor a esta carrera. La gente pensaba que la bibliotecología no se estudiaba, pero sí.

El gran historiador Emilio Rodríguez Demorizi es considerado el historiador con más obras escritas en español.

Sus textos fueron traducidos a más de 13 idiomas, incluidas el inglés, francés, italiano, mandarín, japonés, creole, africano, alemán, portugués, catalán, neerlandés, coreano y ruso.

Fue un escritor bilingu¨e, historiador, además de poeta, bibliógrafo, diplomático y lingu¨ista.

Como se donan libros Cuando algún escritor pública una obra nos dona dos ejemplares; de esos, uno va para la biblioteca y el otro para un campus internacional y viceversa.

De forma paralela a la donación de la colección Demorizi, El Intec recibió la colección de Francisco Comarazamy, quien fue subdirector del periódico Listín Diario. La compilación de los textos de ambas bibliotecas está enfocada solamente en las letras dominicanas. La biblioteca cuenta con una sala de referencia para dar apoyo a los adultos y niños que no comprenden cualquier asignación del maestro y se les brinda esa ayuda para que el visitante se sienta cómodo y pueda descubrir y asimilar lo que busca.

El equipo de la biblioteca solo se enfoca en brindar un buen servicio. Ese es su principal orgullo: Hacer sentir bien a la gente sin importar quién sea o si pertenece a la institución.

Ella considera inolvidable el haber vivido ese tiempo en la biblioteca de Intec. Mucha gratitud es lo que guarda.

Sus aportes y su trabajo abnegado siempre vivirán como parte integral de la cultura nacional.

SEPA MÁS

Proyectos personales

Doña Lucero se retiró de la Dirección de la Biblioteca “Emilio Rodríguez Demorizi”. El Rector aprobó su retiro.

Actualmente, ella y su esposo están impartiendo cursos y talleres virtuales sobre el uso de recursos de información científica en la web para los docentes y alumnos del ISFODOSU (Instituto superior de Formación Docente Salomé Ureña).

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