De regreso a la botica de la abuela

Los ‘antiguos’ remedios que preparaban las abuelas para subir la defensa y luchar contra la gripe y otras afecciones cobran vida nuevamente a raíz de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. Para hacer frente a la enfermedad infecciosa causada por este coronavirus, el marchante Manolo Pérez tiene claro que lo primero a tomar en cuenta es fortalecer el aparato respiratorio y controlar cualquier indicio de resfriado. Para esto, desde hace más de 20 años prepara un “sancochito pa’ la gripe” en botellas de vidrio que va ofreciendo, con voz cantarina, por las calles de la parte alta del Distrito Nacional y Santo Domingo Este. Lo aprendió de su abuela en su natal Bayaguana. Su famoso remedio es una mezcla de cebolla, ajo y ají verde bien picaditos, miel y aceite de higuereta que no solo alivia la gripe, dice Manolo, sino que saca el “concón del pecho” y deja los pulmones como nuevos. Para las personas que presentan casos graves de sinusitis y congestión severa, Manolo prepara un brebaje con hasta ocho tipos diferentes de aceites, entre ellos aceite de naranja, higuereta y culebra. “Es un cuchillo, la gente me lo pide mucho”. Las hojas de eucalipto, el aceite de la planta conocida como cachapú (cajeput), el jengibre, la cera, el aceite de hígado de bacalao y hasta la malagueta han vuelto a formar parte de las “botellas” milagrosas que nunca faltaban en las alacenas de las abuelas. Pero lo mejor para subir la defensa es un jugo de ajíes y guayaba, “de esas chiquitas, rosadas”, dice Gregoria Alcántara, quien a sus 75 años asegura que pocas veces le ha dado gripe y cree que se debe a su consumo. “Y si aguantas el sabor, mi mamá decía que la mejor medicina es un trago amargo del líquido amarillo de la sábila, que eso curaba todo”. Alimentos medicinas En “Aumenta tus defensas: Método Sagrera” (2018), el doctor Jordi Sagrera aconseja acudir al ajo y a la cebolla para luchar contra los virus. Escribe que el consumo diario de estos productos tan típicos de la cocina mediterránea representa un seguro de salud. “Son alimentos-medicinas que contienen sustancias capaces de luchar contra las infecciones y contra el desarrollo de las células cancerígenas”. Y señala que hay estudios que indican que estos combaten desde resfriados hasta herpes o candidiasis. “El ajo alivia la congestión nasal, y la cebolla protege especialmente los pulmones. Las células del sistema inmunitario son estimuladas por los principios activos que se hallan en estos bulbos”. Aunque la recomendación tradicional es que se consuman preferentemente crudos, asegura que se pueden cocinar de manera que permita la conservación de sus propiedades. “Consiste en machacarlos bien en el mortero, esperar media hora y cocinarlos luego. De esta manera, los principios activos como la alicina reaccionan con las enzimas y se generan las sustancias con efectos más beneficiosos. Si se calientan antes de tiempo, las enzimas se destruyen y la reacción química ya no se produce”. Un remedio que invita a elaborar es picar tres dientes de ajo y una cebolla, echar la mezcla en una taza con miel, taparla y dejar que repose 15 horas y tomar 4 o 5 cucharadas al día. Cera de abeja. Las abuelas también consumían propóleo o resina de abeja. “Compuesto entre otras muchas sustancias por resinas, ceras, flavonoides y sales minerales, el propóleo permite estimular las defensas naturales del cuerpo y le ayuda a combatir las infecciones”, explica el doctor Sagrera. Se consigue en extracto, aceites, comprimidos y cremas. Para prevenir el resfriado se pueden tomar 50 gotas diarias con el desayuno, apunta. Y agrega que los pulverizadores a base de propóleo son muy eficaces en las irritaciones de la garganta.

SALUD

De regreso a la botica de la abuela

Hojas, raíces, aceites y otros productos ‘olvidados’ han vuelto a formar parte de las botellas milagrosas que nunca faltaban en las viejas alacenas

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