FÁBULAS EN ALTA VOZ

Prueba de fe

¿Cree usted que tener fe, es decir: tengo fe? La respuesta es no. Tenerla va más allá de profesarla, de mostrarla, de ir a la iglesia, de orar, de prometer, de arrodillarse… La mayor prueba de fe es estar conforme con lo que nos manda el Señor porque sabemos que Él no le manda nada a nadie que no lo pueda soportar. Es saber que por pesada que sea la carga, su peso no está sobre nuestros hombros, sino en Sus divinas manos. Que su enseñanza a través de lo que entendemos adverso, es tan glorificante que reboza nuestro corazón y llena nuestra alma.

Es algo innegociable Tener fe es mirar más lejos de lo que tenemos en frente. Es creer que el milagro llega en distintas envolturas, con diferentes lazos, y en varios colores y tamaños. Si lo que necesitamos es salud, Él nos manda sanación a través de los médicos que escoge para atendernos; mediante las personas que pone en nuestro camino para darnos un consejo o una pista para la solución, o acogiendo las oraciones que llegan hasta de quien nunca imaginamos podía pedir por nuestro bienestar. Es algo que no se ve, pero se siente. Es algo que te toca y te transforma. En definitiva, es algo innegociable, porque tener fe es creer en que para Dios no hay imposible.

Tú no lo ves, pero Él sí a ti Tener fe es estar en un paraíso fabuloso donde sabes que tus acciones serán las que han de darte la recompensa que ofrece el Altísimo según sean nuestros actos. Es creer en que, si lo haces bien, serás premiado, y si lo haces mal, serás condenado. Es temer a quien lo ve todo, lo escucha todo, lo sabe todo. Es tener claro que durante tu paso por la vida tu misión es hacer el bien y caminar sobre las huellas de Jesús para llegar a ese puerto seguro por el que hay que transitar para atracar con firmeza y sin peligro en ese lugar fabuloso al que todos quisiéramos pertenecer.

Una experiencia fabulosa El Señor no castiga, nos castigamos nosotros mismos con nuestro comportamiento. Él solo quiere que aun en los momentos que otros entienden malo, tú lo recibas con amor, con la comprensión y la sabiduría que Él te da, y viendo en esa prueba, la oportunidad que te brinda de acercarte más a Él. Yo conozco a alguien que está dando esa prueba de fe. ¡Atrévete a vivir esa experiencia fabulosa de poderle dar la tuya!

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