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Escaleras ambiguas, espejos inexistentes y objetos imposibles: ilusiones ópticas del año

Cada año se celebra el concurso The Illusion Of The Year Contest organizado por el Laboratorio de Neurociencia Integrativa en la Universidad del Estado de Nueva York.

Cada año se celebra el concurso The Illusion Of The Year Contest organizado por el Laboratorio de Neurociencia Integrativa en la Universidad del Estado de Nueva York.

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JAIME RUBIO HANCOCKMadrid / España Tomado de El País

La ilusiones ópticas no son solo pasatiempos, que ya estaría bien. También nos ayudan a entender cómo funcio­na la percepción, al darnos pistas so­bre las operaciones que lleva a cabo el cerebro para construir e interpretar lo que vemos.

SE han conocido las tres mejo­res ilusiones creadas en 2020, según el concurso The Illusion Of The Year Contest. Susana Martínez-Conde, di­rectora del Laboratorio de Neurocien­cia Integrativa en la Universidad del Estado de Nueva York, organiza este certamen desde 2005, cuando arran­có en su ciudad natal, A Coruña. Un grupo de expertos seleccionó las diez ilusiones finalistas, y las tres ganado­ras de esta XVI edición se han decidido por votación en la web de los premios.

•Una escalera de Schröder en 3D La ilusión ganadora es obra de Kokichi Sugihara, un matemático de la univer­sidad japonesa de Meiji. Sugihara re­interpreta una ilusión clásica creada en 1858 por el científico Heinrich G. F. Schröder, y la rehace en tres dimensio­nes. En esta escalera, el cono que se co­loca en un extremo parece estar arriba o abajo, según giremos el objeto 180 grados.

Martínez-Conde explica a Ver­ne que la perspectiva es una de las claves: si la cámara estuviera algo más arriba o más abajo, el efecto se perdería. También apunta que al na­tural podría ser más fácil distinguir que no hay ningún cambio de altura en la superficie del objeto.

Sugihara es uno de los habitua­les de este certamen: lo ganó en 2018, con un objeto que presen­taba una ambigüedad triple, y en 2016 quedó segundo con otro tra­bajo similar, unos cilindros que pa­recían completamente diferentes al reflejarse en el espejo.

2. Lo auténtico En el segundo trabajo premiado ve­mos una serie de ilusiones en las que un marco nos condiciona para creer que estamos ante un espejo, como en la escena de los hermanos Marx en Sopa de ganso. La ilusión persiste incluso cuando vamos eli­minando factores que nos ayudan a pensar que estamos en esta situa­ción, como los fondos. El autor de la ilusión, el mago y divulgador cientí­fico Matt Pritchard, nos avisa en la descripción de la ilusión de que, por poco que nos fijemos, veremos dis­crepancias en la imagen sin que eso haga que desaparezca el efecto.

Sobre esto último, Martínez-Con­de explica que influye el hecho de que el trabajo de Pritchard parta de objetos cotidianos, la lata y el espe­jo, que creemos que conocemos muy bien. “Nuestro cerebro tiende a ha­cer predicciones”, explica, y ante in­formación ambigua y posibilidades incompatibles “juega con las proba­bilidades”. Si vemos un marco y dos objetos iguales contrapuestos, es más fácil pensar que se trata de un espejo, porque es la interpretación más habi­tual. Hasta que no vemos discrepan­cias que llaman nuestra atención no entramos a analizar los detalles.

3.La topografía de cuadrícula imposible El tercer premio es para el diseñador Daniël Maarleveld, que muestra tam­bién objetos imposibles en 2D. “Lo novedoso y original de esta ilusión — explica Martínez-Conde— es el mo­vimiento”. En la imagen vemos có­mo, por ejemplo, la parte de abajo de un objeto parece ser la superior, o la frontal pasa a estar delante. Estamos, de nuevo, ante información ambigua y, además, el movimiento hace que “nuestro cerebro se cuestione la reali­dad continuamente, reevaluando su interpretación”.

Aparte de estas ilusiones gana­doras, Martínez-Conde destaca de entre las otras siete finalistas la de estas mariquitas, creada por Mark Wexler, Patrick Cavanagh y Stuart Anstis, de las universidades de Pa­rís, York y California-San Diego. El insecto parece cambiar de po­sición, mostrando “lo importan­te que es el contexto para nuestra percepción”. También destaca esta otra en la que los subtítulos parecen estar más cerca cuanto más rápido se mueven. No recuerda que se haya descrito antes.

Y, por último, esta en la que po­demos crear la ilusión de que un cu­chillo es transparente y que además podemos recrear en casa. De forma similar a la ilusión de Pritchard y el espejo, en las imágenes hay detalles que contradicen esta interpretación, como otros reflejos del texto en el cuchillo, pero prima la continuidad en las púas del tenedor.

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