Parto normal, casi un fenómeno

No hay que abundar. En los últimos años decir que una mujer dio a luz de forma natural ha impresionado a más de uno. Las cesáreas le han quitado protagonismo al parto normal, ya sea porque se hacen “necesarias” o porque la madre así lo desea. El asunto es que lo que antes resultaba ser lo correcto, ahora nos llama a asombro. En eso también nos hemos ido alejando de las leyes divinas. Antes, que se tenían muchos más hijos, la mujer sentía dolor, esperaba su hora, hacía su labor de parto y finalmente traía al mundo a su criatura. Ahora se escoge hasta le fecha en que nacerá.

Katherine, Nathalie, Mabel y Emily Con extrañeza la familia Quéliz ha visto cómo durante este año, cuatro de sus integrantes, en pura pandemia, han traído al mundo a sus bebés de forma natural. Nos pareció imposible no sorprendernos cuando nos enteramos de que Alejandro José, Jázmin, Manuel Antonio y Maximus Alexander nacieron por parto normal. Hasta el último momento nos asalta la duda porque como dicen muchos: “ya eso no se usa”. Si esto es así, estas cuatro mujeres están “pasadas de moda” porque lo cierto es que se han portado como campeonas.

Procesos distintos, mismo amor Sabemos que el método usado para traerlos a este mundo, no modifica el sentimiento hacia ellos, pero hay una cosa que está más que clara: una mujer que dé a luz por parto normal, experimenta de otro modo lo que es la maternidad. Al menos en lo que al proceso se refiere. Sé que ellas viajan a esa ciudad fabulosa donde pueden entender que su madre espiritual, calma ese dolor maravilloso que anuncia que una luz de ternura viene alumbrar su vida. Aunque hay algo seguro: el amor a un hijo no depende de cómo venga a este mundo.

Ventajas naturales Al poco tiempo de dar a luz, ya esas cuatro madres estaban en la comodidad de su hogar y con mayores posibilidades de evitar contagiarse de Covid-19. Su recuperación también ha sido más rápida. Es decir, que son muchas las ventajas naturales que obtiene una madre con un parto normal. Ojalá volvamos a esa época fabulosa en las que las madres esperan cumplir su ciclo completo para dar a luz, y la fecha del nacimiento de su criatura estaba en las manos de Dios, no en la de un doctor que, a veces sin saber si habrá dificultad, estipulan una fecha para la cesárea y es ahí que ahora vemos un parto normal como un fenómeno.