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Arbolito navideño: Símbolo de esperanza se yergue a pesar de la crisis

En tiempos aciagos muchos hogares siguen adelante con la costumbre de montar y decorar un arbolito como forma de mantener la ilusión.

La presencia de niños en el hogar es el factor que más peso tiene al momento de decidir si colocar o no un arbolito. ISTOCK

La presencia de niños en el hogar es el factor que más peso tiene al momento de decidir si colocar o no un arbolito. ISTOCK

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Jaclin CamposSanto Domingo, RD

Hace más de mil años que, según la le­yenda, San Bonifacio de Maguncia creó el árbol de Navidad al decorar un pino con manzanas y velas pa­ra representar el perenne amor de Dios, y ni siquiera la pandemia por covid-19 ha frenado el deseo de las familias de continuar con esa tradición.

En un contexto de cri­sis sanitaria y económi­ca la gente decide invertir en el montaje del arbolito como una forma de man­tener la esperanza y la ilu­sión en medio de tiempos difíciles.

En eso coinciden Fabio­la Román y Morelia Otazo, quienes se dedican al mon­taje y decoración de árboles navideños.

“La Navidad es una tra­dición más allá de montar el árbol, más allá de algo físico; es una tradición re­unirse a cenar, tener tu de­coración; nada, ni la pan­demia, nos la va a quitar”, expresa Otazo, de la firma de decoración navideña Holly Jolly.

La presencia de niños en el hogar es, sin quizás, el factor que más peso tie­ne al momento de decidir si colocar o no un arbolito. El 2020, año en que los meno­res han pasado más tiempo que nunca en casa, no ha si­do la excepción.

“El arbolito es lo único que los ilusiona”, comenta Ro­mán, quien señala que, tras meses de encierro y otras li­mitaciones, las personas no quieren privarse de parte de la emoción que trae consigo esta época del año.

Impacto de la crisis Fabiola Román comenzó a decorar arbolitos de terceros como pasatiempo hace alre­dedor de cinco años. Hace tres que emprendió esta acti­vidad como negocio.

La experiencia le permite hablar del antes y el después.

Aparte de recibir las primeras solicitudes de clientes un par de sema­nas más tarde de lo acos­tumbrado, este año ha habido otros cambios. Ya que su labor implica visi­tar distintos hogares, Ro­mán debió invertir en equipo de protección per­sonal (guantes, mascari­llas y cubrepiés) e imple­mentar protocolos para prevenir la propagación del coronavirus.

De igual manera, el ho­rario de trabajo se ha visto afectado. Morelia Otazo, quien tiene cinco años de experiencia en el negocio de la decoración de arboli­tos, cuenta que el toque de queda obliga a acelerar el proceso y a reducir el nú­mero de horas de labor (to­mar más de un día para el montaje dispararía los cos­tos del servicio).

Ambas entrevistadas informan que el volumen de clientes empresariales se ha reducido. El núme­ro de clientes residencia­les, en tanto, se mantiene estable.

“Muchas empresas, qui­zás, han tomado la de­cisión de hacer decora­ciones más pequeñas o hacerlas entre ellos y reci­clar lo que ya tenían”, co­menta Otazo.

Reusar adornos Una época de alegrías, de nuevas oportunidades y de unión. De esa forma perciben las Pascuas quie­nes contratan los servicios de decoración navideña y montaje de arbolitos de Eventos Difaint.

Por eso, deducen desde la empresa de decoración, los usuarios siguen adelan­te con esta tradición.

Este año en esa firma han visto una constante entre los clientes: quieren reciclar los adornos y ornamentos que ya poseen y reducir al míni­mo el gasto en la compra de nuevos materiales.

¿La razón? El costo de los materiales y servicios ha aumentado.

“Los arbolitos llevan mu­chos adornos”, explican a Listín Diario. “Cuando su­mas el costo de tantas co­sas, cualquiera se sale de presupuesto”.

Cuenta la leyenda que la tradición del arbolito navideño nació en Alemania por iniciativa de San Bonifacio.

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