La riqueza del campo: ¡Todos podemos hacer patria al cocinar!
Son las historias de los productores y los proveedores que cumplen y hacen que se cumplan nuestros sueños como cocineros.
En búsqueda de la esencia en todo lo que hacemos, siempre nuestra mirada ha estado puesta hacia los productores, pues con ellos comienza la historia de cada plato. Quería descubrir a esas personas anónimas que nos regalaban el más hermoso trabajo, uno que busca incansablemente la calidad impecable de lo que producen y que luego los cocineros transformamos en platos terminados para llenar de emociones a cada uno de nuestros comensales... Así todo comienza: en el campo.
Las raíces son imborrables, de dónde venimos y hacia dónde vamos, dos aspectos claves que siempre están presentes en cada propuesta culinaria, siempre con la idea de contar esas historias de vivencias en cada plato y en cada preparación. Son ellos, los productores, los proveedores que cumplen y hacen que se cumplan nuestros sueños como cocineros. Elegir un producto conocer quién lo cultiva y el trabajo arduo del campo le cambia la esencia a lo que preparamos y nos hace ser exitosos en nuestras jornadas de trabajo.
Si apoyamos el producto nuestro, la gastronomía local, si expandimos cada vez más nuestros sabores y que cada turista que visite nuestro país pueda probar un poco de nuestra República Dominicana ponemos en valor nuestra identidad gastronómica y podemos construir juntos esa marca país a nivel gastronómico que todos queremos y ya no sólo ser ese destino de sol y playa, sino también el destino del mejor sabor del mundo. Así podemos incrementar la visita de nuestros turistas por nuestro producto y por la alegría del dominicano en todos los sentidos, esto nos hace únicos y auténticos.
El reto de la cocina de nuestro tiempo es la visibilidad del productor, gracias a quien cada producto puede estar presente en un plato. Por eso entiendo justo sacarlos del anonimato y poder contar su historia, la cual está repleta de texturas, aromas, sabores y emociones que nos llevan al camino de la experiencia y todo a través de un producto y de las manos que lo trabajan.
SEPA MÁS La historia de cada plato comienza en el campo Necesitamos productos que generen identidad, tener bien presente las caras de quienes los producen, cultivan, los recolectan, los crían, los pescan o los transforman. La cocina se pinta hoy con los perfiles del territorio y se expresa con el lenguaje del productor. Generamos identidad cuando construimos y creamos bajo un fundamento y llevamos esa expresión a alzar su más alta voz y dando a conocer lo que somos y de qué estamos hechos. De esta forma hacemos patria al cocinar, y contribuimos con una economía circular, apoyando lo que se produce en nuestra tierra y a todas esas maravillosas familias que están detrás de todos esos los productores que utilizamos. También generamos una demanda y esto genera una rotación en sus productos.