Procesos de duelo: Cómo la sociedad los invalida
Algunas personas hacen que el doliente perciba que lo que siente no es válido o no puede ser expresado

Perla Navarro Vásquez
Muchas personas están familiarizadas con el concepto de duelo. Entienden que es un proceso de dolor que la persona tiene que atravesar para adaptarse luego de una pérdida. A pesar de reconocerlo como un proceso normal, muchas de las maneras en que la sociedad reacciona cuando alguien ha sufrido una pérdida representan un impedimento para que la persona pueda vivir su duelo de forma saludable. Hacen que la persona que está pasando por ese proceso perciba que lo que siente no es válido o no puede ser expresado.
A veces, cargados de buenas intenciones animan a la persona a que se recupere, a que eche para adelante y siga su vida de forma express. Otras veces, se le impide expresar sus emociones de la manera que necesita, obligándoles a hacerlo de la forma “correcta”.
Incluso la sociedad va más allá, invalidando que haya un duelo en absoluto en ciertas ocasiones. Muchas personas solo reconocen que el duelo ocurre tras la muerte de un ser querido, cuando en realidad hay un duelo en cada pérdida que experimentamos: la pérdida de una relación de pareja, del empleo, de una mascota, de nuestra salud física, tras la migración a otro país o ciudad, o cualquier otra cosa que haya sido importante para la persona. Sucede que cuando la persona está expresando su dolor tras una de estas pérdidas, recibe rechazo de su entorno, bajo la premisa de que es una “exageración” ya que no es algo tan grande como que se muera alguien a quien amas. Es como si no tuvieran derecho a sufrir la partida de eso que era importante.
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