Panteón Nacional: El edificio fue iglesia, almacén, teatro…
La lámpara colgante de bronce fue un regalo de Francisco Franco.
“¿Y esa soga?” pregunto a mi hijo Alexis cuando, desde la acera de enfrente, contemplo la fachada del Panteón Nacional. Un uniformado que escucha me responde: “Es de la bandera”. Miro hacia lo alto y ahí está: paralela al campanario de este edificio construido como Iglesia de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Pese al tráfico, Alexis logra tomar una perspectiva general del monumento para la foto que acompaña este artículo en el Listín.
“Es el monumento mejor construido del período de la colonia” afirmaba mi madre, María Ugarte, en su libro “Iglesias, Capillas y Ermitas Coloniales”. Sin embargo, a fines de la década de 1950 y principios de los 60s, para ser restaurado y adaptado como Panteón sufrió modificaciones incluso en el segundo cuerpo y en el campanario de su fachada del siglo XVIII.
El edificio religioso fue abierto al culto en 1715, pero su sobria fachada llegó a concluirse varios años después (entre 1743 y 1745). Y cuando en 1767 fueron expulsados los jesuitas, el local fue convertido en almacén de tabaco. Posteriormente en él se instaló el seminario de San Fernando. En los siglos XIX y XX fue sucesivamente sede de teatro y de oficinas públicas. Sobre la puerta del medio resalta el escudo tallado de la República Dominicana. En principio estuvo el escudo de la Compañía de Jesús. Al marcharse los religiosos fue reemplazado por el escudo real de España, destruido durante la ocupación haitiana, según señala Ugarte.
Lámpara, rejas… Por estar cerrado no podemos visitar su interior, pero recuerdo de visitas anteriores el imponente espacio donde domina una cúpula semiesférica de la cual cuelga una lámpara de bronce con decoración en forma de vestales. Fue un regalo del dictador de España, Francisco Franco al dictador Rafael Leonidas Trujillo. Sobre las rejas en el segundo nivel, cuyos dibujos parecen esvásticas, se llegó a decir (sin confirmar) que eran de una prisión nazi y que fueron donadas por el gobierno alemán para los trabajos en la iglesia.
SEPA MÁS Tarja conmemorativa En los distintos espacios del Panteón Nacional, o Panteón de la Patria, hay nichos, tumbas y sarcófagos de gran tamaño.
En ellos están enterrados los restos de “las figuras que han merecido el reconocimiento eterno de la República”, según reza una tarja colocada por el Ministerio de Cultura el 16 de agosto de 2014, para acogerlos “en un ambiente religioso, de amor y veneración”.
La placa indica que este Templo de San Ignacio de Loyola fue construido como templo y aula magna de la Real y Pontificia Universidad de Santiago de la Paz (1745-1767).
También indica que de 1792 a 1798 fue la capilla del Seminario real y Conciliar de San Fernando.