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CRISIS CLIMÁTICA/INVESTIGACIONES

Recrean antiguos ciclones para predecir cambios en zonas críticas

Los investigadores de WHOI reconstruyeron 3.000 años de historia de tormentas en el atolón Jaluit en el sur de las Islas Marshall, lugar de nacimiento de ciclones en el Pacífico Norte occidental, la zona de ciclones tropicales más activa del mundo

Se espera que los ciclones tropicales intensos se vuelvan más frecuentes a medida que el cambio climático aumenta las temperaturas en el Océano Pacífico.

Pero no todas las áreas experimentarán tormentas de la misma magnitud. Una nueva investigación de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) publicada en 'Nature Geoscience' revela que los ciclones tropicales fueron en realidad más frecuentes en el sur de las Islas Marshall durante la Pequeña Edad de Hielo, cuando las temperaturas en el hemisferio norte eran más frías que en la actualidad.

Esto significa que los cambios en la circulación atmosférica, impulsados por el calentamiento diferencial de los océanos, influyen en gran medida en la ubicación y la intensidad de los ciclones tropicales.

En el primer estudio de este tipo tan cerca del ecuador, el autor principal James Bramante reconstruyó 3.000 años de historia de tormentas en el atolón Jaluit, en el sur de las Islas Marshall. Esta región es el lugar de nacimiento de los ciclones tropicales en el Pacífico Norte occidental, la zona de ciclones tropicales más activa del mundo.

Usando diferencias en el tamaño de los sedimentos como evidencia de eventos climáticos extremos, Bramante encontró que los ciclones tropicales ocurrieron en la región aproximadamente una vez por siglo, pero aumentaron a un máximo de cuatro por siglo desde 1350 hasta 1700 antes de Cristo, un período conocido como la Pequeña Edad de Hielo.

Bramante, un recién graduado del Programa Conjunto MIT-WHOI en Oceanografía / Ciencia e Ingeniería Oceánica Aplicada, dice que este hallazgo arroja luz sobre cómo el cambio climático afecta dónde pueden formarse los ciclones.

"Los cambios en la circulación atmosférica debido al calentamiento climático moderno inducido por el hombre son opuestos a los cambios en la circulación debidos a la Pequeña Edad del Hielo --señala Bramante--. Así que podemos esperar ver el efecto opuesto en los trópicos profundos, una disminución de los ciclones tropicales cerca del ecuador. Podría ser una buena noticia para el sur de las Islas Marshall, pero otras zonas se verían amenazadas ya que la ubicación media de la generación de ciclones se desplaza hacia el norte".

Durante las grandes tormentas, el sedimento grueso es removido y depositado por las corrientes y las olas en 'agujeros azules', antiguas cuevas que colapsaron y se convirtieron en sumideros que se llenaron de agua de mar durante miles de años.

En un estudio de campo de 2015, Bramante y sus colegas tomaron muestras de un agujero azul en el atolón Jaluit y encontraron sedimento grueso entre los granos más finos de arena. Después de clasificar los granos por tamaño y analizar los datos del tifón Ophelia, que devastó el atolón en 1958, los investigadores tenían una plantilla con la que identificar otros eventos de tormenta que aparecen en el registro de sedimentos. Luego utilizaron la datación por radiocarbono para fechar el sedimento en cada capa.

Armados con datos recopilados previamente sobre el clima antiguo de anillos de árboles, núcleos de coral y organismos marinos fosilizados, los investigadores pudieron reconstruir las condiciones que existían en ese momento.

Al conectar esta información con el registro de tormentas preservadas en sedimentos del atolón Jaluit, los investigadores demostraron a través de modelos informáticos que el conjunto particular de condiciones responsables de los vientos alisios ecuatoriales influyó en gran medida en el número, la intensidad y la ubicación donde se formarían los ciclones.

Jeff Donnelly, científico senior de WHOI y coautor del estudio, utilizó métodos similares para reconstruir la historia de los huracanes en el Atlántico norte y el Caribe. Planea expandir el estudio de las Islas Marshall hacia el oeste hasta Filipinas para estudiar dónde se han formado históricamente los ciclones tropicales y cómo las condiciones climáticas influyen en la trayectoria y la intensidad de una tormenta.

Una mejor comprensión de cómo se comportaron las tormentas en condiciones previas ayudará a los científicos a comprender las causas de los cambios en la actividad de los ciclones tropicales y ayudará a las personas que viven en las comunidades costeras a prepararse para el clima extremo en el futuro, señala.

"A través del archivo geológico, podemos obtener una línea de base que nos diga qué tan en riesgo estamos realmente en cualquier lugar --explica Donnelly--. Resulta que el pasado ofrece algunas analogías útiles para el cambio climático que estamos experimentando. La Tierra ya ha realizado este experimento, ahora estamos tratando de volver atrás y determinar los impulsores de los ciclones tropicales", señala.

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