¡Anemia en la pandemia! Ojo con sus efectos en los adultos
Fatiga, piel pálida, dolor torácico, dolor de cabeza y manos y pies fríos son algunos de sus síntomas.
Por lo r egular se tiende a asociar la anemia con los niños. Pero no es así. Cualquier persona puede padecerla. La edad es un factor de alto riesgo en relación con esta patología. En los adultos, sobre todo en envejecientes, esta tiene un origen multifactorial. Así lo deja saber Rodrigo Restrepo, hematólogo con especialidad en el área.
Dice que es necesario buscarle atención a tiempo, más en estos tiempos de Covid-19, en que se necesita tener una buena defensa. Cita que si se tiene fatiga extrema, debilidad, piel pálida, dolor torácico, latidos cardíacos rápidos o falta de aliento, dolor de cabeza, mareos o vértigo, manos y pies fríos, inflamación o dolor en la lengua, falta de apetito, especialmente en bebés y niños con anemia ferropénica, inusuales de sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón, necesidad de consumir sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón y uñas quebradizas, es importante visitar al especialista para que indique las analíticas de lugar y pueda determinarse a qué se debe, qué la origina y cuál es el tratamiento a llevar.
La doctora Evelin Mena Toribio, médico internista y hematóloga de adultos, respalda su consideración. Para quienes padecen de anemia, la especialista dominicana recomienda un régimen de alimentación que debe incluir en la medida de lo posible alimentos ricos en hierro y vitamina b12, tales como, legumbres, carnes rojas, pescado, vegetales y verduras de color verde en su predilección, evitar o minimizar el consumo de café, té, fibra dietética, suplementos de venta sin receta médica que contengan zinc, magnesio, calcio o cobre.
Para evitar las repercusiones de la anemia, la clave es un seguimiento médico adecuado. “Se aconseja vigilancia por médico hematólogo, quien vigilará el estado celular, y el tratamiento siempre será individualizado. Este seguimiento junto con la motivación y compromiso del paciente son los únicos medios para garantizar el éxito del tratamiento y lograr una mejor salud, sobre todo en estos tiempos de pandemia que tanto necesitamos estar en óptimas condiciones de salud”.
Cuando el adulto tiene cirugía gástrica Evelin Mena Toribio comenta que, debido al incremento de la prevalencia de la obesidad en países desarrollados y en vías de desarrollo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado claro que la obesidad es la epidemia del siglo XXI y comienza a ser vista como un problema para la salud pública con un fuerte gasto económico. “Ya no es una condición estética, pues se ha convertido en un factor de riesgo para la salud. En ciertas ocasiones no se puede hacer frente a esta enfermedad con tratamientos convencionales y se debe recurrir a técnicas más invasivas como las cirugías bariátricas y técnicas innovadoras para revertir este cuadro y mejorar la calidad de vida de las personas”.
Esta situación de obesidad genera deficiencias nutricionales que deben considerarse antes de ser sometido a una cirugía bariátrica.
“La administración a ciegas de suplementos nutricionales conlleva a pecar tanto por déficit como por exceso, lo cual genera consecuencias a corto y a largo plazo. El cirujano y su equipo deben ir más allá del procedimiento quirúrgico y contribuir con el tratamiento metabólico y nutricional, consiguiendo una mejor calidad de vida para el paciente, comenta la hematóloga de adultos.
“Previendo las alteraciones futuras o una vez se desencadenen los efectos propios de las carencias nutricionales, es importante la valoración experta por parte de un médico hematólogo, quien es el especialista entrenado en anomalías de la sangre, el objetivo fundamental es minimizar los efectos del desarrollo de anemia y acortar su evolución”, indica la especialista.
Las anemias ocurren por los cambios anatómicos del tracto digestivo proximal y cambios en la concentración de pH o disminución de la secreción ácida gástrica que alteran la absorción de hierro, vitamina B12 y en pacientes con asas intestinales largas excluidas o derivadas, déficits de elementos traza y vitaminas liposolubles. La absorción de los minerales disminuye, además, por la influencia de antiácidos y protectores gástricos que suelen utilizarse para mejorar los síntomas dispépticos, comenta Toribio.
TIPOS DE ANEMIA Anemia megaloblástica: se da por un déficit de vitamina B12 y/o ácido fólico. Por lo regular no produce síntomas. Y es ahí cuando Restrepo dice lo importante de someterse a analíticas regulares.
Anemia ferropénica: se debe a un déficit de hierro y, en los adultos, suele producirse como consecuencia de una pérdida crónica de sangre con las heces a causa de patologías como la gastritis, la hernia de hiato, úlcera péptica o el cáncer colorrectal.
Anemia hemolítica: esta es cuando se destruyen los glóbulos rojos muy rápidamente y suele estar asociada a enfermedades como la leucemia o consumo de algún tipo de fármacos.