La Vida

Museo de Historia Natural, un universo con mucho que explorar

La naturaleza es considerada el centro de la vida y su composición es precisamente lo que se exhibe en el Museo de Historia Natural profesor Eugenio de Jesús Marcano, una de las instituciones culturales ubicada en la Plaza de la Cultura.

Su nombre es en honor al destacado naturalista Eugenio de Jesús Marcano, especializado en distintas áreas, entre ellas la Botánica y la Paleontología.

Sus orígenes se remontan al año 1974, cuando fue construido el edificio, pero abrió sus puertas al público en 1982 como una dependencia adscrita a la Presidencia de la República.

Posteriormente, pasó al Ministerio de Cultura, de donde se desvinculó. Fue en el gobierno de Hipólito Mejía, durante la administración de Frank Moya Pons en el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2000, cuando se empiezan a dar los pasos para establecer la Ley de Medio Ambiente, dando lugar a que el museo, conjuntamente con el Jardín Botánico Nacional quedaran adscritos al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La entidad ha pasado por sus momentos de crisis, viéndose en la obligación de cerrar sus puertas en el año 2003, específicamente el 25 de noviembre de ese año mediante la resolución 019-2003, por las malas condiciones en que se encontraba su espacio físico.

Un año después, cerrado, fue nombrada su actual directora, la bióloga Celeste Mir, quien a su llegada encontró las instalaciones en deplorables condiciones, desde un techo sin plafones, filtraciones por doquier, hasta su colección con moho, lo que le llevó más de un año acondicionar el lugar para volver a ser aperturado al público en condiciones adecuadas.

Piezas abandonadas, como la parte superior del maxilar de un cachalote, vértebras de ballenas jorobadas tiradas en una de las salas que hoy muestran importantísimas y valiosas obras y que fue convertida en un almacén para alojar “escombros”. El espacio convertido en almacén es actualmente la sala Historia de la Vida”.

“Un edificio grande cerrado, con hueso, con piel, abandonado totalmente en la anterior gestión, se contaminó, como es lógico, cogió moho”, explica el biólogo Carlos Suriel, responsable del departamento de investigación y conservación.

Para su recuperación contaron con la ayuda de la embajada americana que facilitó una asesora, quien orientó sobre lo que se debía hacer y cómo, así como otros técnicos especialistas en museos.

Para esos fines también se contrataron compañías de aseo, laboratorios de evaluación, que realizaban procesos de monitoreo cada dos meses sobre lo que allí se estaba haciendo, hasta lograr solicitar al Ministerio de Medio Ambiente el permiso para abrir el museo, para lo cual las instalaciones fue visitada por químicos y microbiólogos que la evaluaron y certificaron su reapertura, procediendo a ofrecer servicio al público el 17 de abril de 2007.

Sus autoridades lograron ponerlo en condiciones adecuadas en un período de un año, lo que indica que las instituciones que actualmente se encuentran en las mismas condiciones en que se estaba este museo con voluntad y apoyo se pueden recuperar para volver a brindarle al público el interesante contenido de nuestro patrimonio.

Actualmente es el único museo miembro del Consejo Internacional de Museos (ICOM) de los que están ubicados en la Plaza de la Cultura y la diferencia en su funcionamiento y su recuperación es notable, debido a que su dirección se rige por los lineamientos profesionales y éticos de esa organización, que reúne a unos 22 mil museos en el mundo y 49 mil profesionales en el área.

Este museo tuvo que cerrar sus puertas nuevamente el 18 de marzo del presente año, por motivo de la pandemia del coronavirus, pero ya volvió a abrir al público el pasado martes tres y lo hace con el objetivo de seguir presentando su extensa colección sobre la naturaleza y su universo que por más de 38 años exhibe el lugar.

¿Qué puede encontrar el visitante?

Al llegar al lugar los visitantes reciben la bienvenida con un ejemplar gigante de la Ballena SEI o Ballena Bacalao, considerada como la más rápida, hallado en Buen Hombre, Montecristi y otro de la ballena Jorobada, ambos ubicados en la primera sala de exhibiciones.

En ese espacio también se exhibe el molde de un ejemplar del tiburón ballena que fue localizado en Las Calderas, Baní.

“Hemos querido para animar la exhibición y transmitirle una información agradable al visitante, también hacerlo visualmente, a través de videos donde el visitante, además de observar los ejemplares en físico, tienen la oportunidad de ver espectaculares imágenes acompañadas de sonidos que emiten las ballenas”, explica Carlos Suriel.

“Hacemos un esfuerzo para que la mayor cantidad de niños y jóvenes conozca esas cosas”, agrega el especialista.

Pero el Museo de Historia Natural no solo exhibe animales. Allí también se puede encontrar una gran variedad de elementos que componen la naturaleza, distribuidos en sus siete salas, cada una de ellas con interesantes aspectos qué mostrar.

Sus salas

Las salas van desde el origen del hombre hasta la composición de la Tierra. Una de ellas, la Sala del Universo, aún se mantiene cerrada al público, pero las demás pueden ser visitadas cumpliendo un estricto protocolo contra el coronavirus. También posee una tienda de artículos con emotivos mensajes e imágenes que invitan a proteger la naturaleza.

En la Sala del Universo se exhiben imágenes tomadas con telescopio y posee una pantalla donde se pasan documentales realizados por la NASA y fotos originales del espacio.

Sala Planetario: Ahí también se muestra el Planetario, una simulación de la bóveda celeste, un espectáculo audiovisual donde se proyecta el cielo con las constelaciones y sus movimientos. Es el único planetario con esas características con que cuenta el país, donado por la Embajada de Japón.

También está la Sala de la Tierra, donde se exhiben piezas que van desde el Globo Terráqueo, un video de los sitios emblemáticos del mundo, desde el punto de vista geográfico, y los sitios nacionales.

Los visitantes también pueden disfrutar de la Sala del Ecosistema, donde se recrean varios ecosistemas. Allí encontrarán, además hermosos murales, incluyendo uno elaborado con objetos reciclados con llamativos colores.

Otras salas son las de las Aves, la de Biogeografía, la de Rocas y Murales y la de Ecología.

El museo, en alianza con la Asociación de Astronómica Dominicana realiza una vez al mes observaciones en horas de la noche, utilizando telescopios profesionales, donde participan expertos, considerado por espectadores y aficionados como un verdadero espectáculo.

El museo sirve de acogida para estudiantes universitarios que cursan distintas materias que se relacionan con el tema, como Ciencia Ambiental y Biología.

Los niños también tienen su espacio diseñado exclusivamente para ellos. La divertida y colorida sala de juegos interactivos “Barrancolí” los espera cuando llegan al lugar con contenido interesantes para su educación y diversión.

Horario

Actualmente están laborando de martes a viernes desde las 9:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde y los fines de semanas y días feriados de 9:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, pero el área de boletería cierra una hora antes.

Curiosa

En el lugar se exhibe un fragmento de piedra lunar, con muestras auténticas tomadas en el 1972 por el apolo XVII.

La misión del Apolo XVII tomó muestras, las fragmentaron y le dieron un pedacito a diferentes países como un símbolo de amistad y de estrechar las relaciones con Estados Unidos.

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