SALUD FEMENINA
Detección temprana es clave para mejor resultado en tratamiento del cáncer de mama
RITA CABRER, EDITORA DE LA REVISTA BOHÍO, HABLA DE SU EXPERIENCIA DESDE QUE FUE DIAGNOSTICADA CON LA ENFERMEDAD
En América Latina y el Caribe el cáncer de mama es el más común entre las mujeres y el segundo en mortalidad. Cada año más de 462,000 féminas son diagnosticadas con esta enfermedad, y casi 100,000 mueren por su causa.
Si las tendencias actuales continúan, para el año 2030 se prevé que el número de pacientes diagnosticadas con cáncer de mama aumente en un 34 % en las Américas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En tal sentido, en el Mes de Sensibilización del Cáncer de mama, el doctor Víctor Guardiola Amado, oncólogo especializado en cáncer de seno en Miami Cancer Institute, señala que la detección temprana es la clave para proporcionarles a las pacientes el mejor curso de tratamiento y mayor supervivencia, y que aunque no existe una forma específica de “prevenir” esta enfermedad, es necesario realizarse una mamografía en ciertos intervalos, anualmente, ya que es la mejor manera para una detección oportuna.
“La mayoría de las mujeres puede tener cáncer de seno y no presentar signos o síntomas; por lo tanto, una mamografía es el primer paso para identificar si tienen cáncer”, señala el especialista.
Indica que, aunque no ha habido muchos avances en el diagnóstico temprano y tratamiento del cáncer de seno, sí se ha visto un aumento significativo en pacientes recién diagnosticadas cada año que logran superarlo, en comparación con las cifras de las pacientes que mueren.
“En el diagnóstico, no hemos tenido muchos avances, ya que nuestro protocolo es muy estándar. Ya por algunos años tenemos opciones menos invasivas de hacer biopsia como, por ejemplo, usando equipamiento estereostática que permite localizar tridimensionalmente el lugar sospechoso sin tener que recurrir a una cirugía para solo obtener diagnóstico”, explica.
Dice que, a lo largo de los años, los tratamientos han sido orientados para obtener la supervivencia más larga entre las pacientes con cáncer de seno y que el objetivo siempre es tener los mejores tratamientos disponibles, sin embargo, pueden destacar las terapias diana y la inmunoterapia, como algunas de las terapias más nuevas para tratar cánceres de seno hormonopositivos de una manera menos agresiva, así como mejoras en cáncer triple negativo.
Dentro de los avances, también menciona la piretoterapia, que es una terapia innovadora disponibles en selectos hospitales de cáncer alrededor del mundo y que consiste en la utilización de radiación molecular que permite un tratamiento localizado en el área objetivo del cáncer de seno, sin provocar un efecto secundario al resto del cuerpo.
La radiación regular afectaría previamente el área torácica y las partes del cuerpo alrededor del seno. A veces, este efecto secundario sería en órganos como el corazón, después de que las pacientes hayan completado el tratamiento. La terapia de protones, por ejemplo, puede disminuir las complicaciones secundarias en el corazón, especialmente para las pacientes con cáncer en el seno izquierdo.
Dentro de sus recomendaciones para la prevención están el mantener un estilo de vida saludable, además “quiero que disfruten de una copa de vino aquí y allá, pero también quiero que hagan ejercicio de 30 a 45 minutos cada día. Es importante tener un peso saludable y controlar los niveles de ansiedad. No olvidemos que independientemente de poder disminuir riesgos sabemos que de todas maneras esta enfermedad le puede pasar a las personas más saludables, pero lo más importante del cuidado es la detección temprana”.
Sobreviviente
“La vida te sacude, el alma se estremece, las pupilas se dilatan, se erizan hasta las pestañas, el pulso se acelera, sientes miedo, necesitas ir al baño, tomar aire fresco y sientes ganas de llorar ante un diagnóstico de cáncer”. Así lo narra Rita Cabrer, editora de la revista Bohío, quien fue diagnosticada con cáncer de mama en el año 2017, justo después de realizar el viaje de su sueño a Sudamérica, donde descubrió una protuberancia en su pecho.
Señala que allí comenzó todo, y que a sus 84 años nunca pensó que estaría enfrentándose a esta terrible enfermedad, sobre todo porque había estado haciéndose su mamografía todos los años hasta el 2008 cuando cumplió sus 75 años.
“Acudí a los doctores Felipe Guerra y Ruth Báez, quienes luego de realizarme algunos estudios se comunicaron con el doctor Miguel Ángel Villalobos Calero, director del Miami Cancer Institute (MCI), hacia donde nos trasladamos en la ciudad de Miami y fuimos recibidos por el oncólogo Víctor Guardiola, quien después de chequear mis estudios y referirme algunas evaluaciones me dijo: ‘Usted tiene cáncer’”, señala Cabrer.
Desde ese entonces ha venido luchando con esta enfermedad y su experiencia ha quedado plasmada en el libro La incerteza de la vida (The Uncertainty of Life), donde narra todo lo que ha vivido, su experiencia en el centro médico y el agradecimiento a todo el personal que allí labora, además de agradecer a Dios el milagro de la vida y el apoyo de sus familiares, especialmente de su hija y de su nieto.
Concluye diciendo que el libro lo escribió para narrar su experiencia como paciente y con él pretende llevar un hálito de aliento y esperanza a las personas que reciben impacto emocional que se produce cuando el doctor, después de revisar los estudios realizados, dice: “Usted tiene cáncer”.