Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

ENCUENTRO VERDE

Sequía y pérdida de biodiversidad en la laguna Cabral o Rincón

“Aunque haya agua el ecosistema tardará unos meses en recuperar sus distintas interacciones”, analiza el ambientalista Pedro Genaro.

Una jicotea sureña (Trachemys decorata) muerta en el refugio de vida silvestre debido a la sequía.  ©Pedro Genaro

Una jicotea sureña (Trachemys decorata) muerta en el refugio de vida silvestre debido a la sequía. ©Pedro Genaro

La desaparición del cuerpo de agua de la laguna de Cabral o Rincón debido a la sequía que afecta a la región Sur ha causado también una disminución alarmante de la vegetación y la fauna en el refugio de vida silvestre y Sitio Ramsar.

Y no todo se resuelve con el retorno de las aguas, dice el ambientalista y fotógrafo de conservación Pedro Genaro en el Encuentro Verde de Listín Diario, que coordina la bióloga Yvonne Arias. “El agua no va a reparar por arte de magia lo que se rompió con la sequía y posterior desaparición del espejo de agua. Con cada sequía desaparece algo y con cada eslabón perdido resulta más difícil restablecer las relaciones de este ecosistema”. ¿Cuáles son los principales efectos de esta sequía sobre la biodiversidad, principalmente las aves?

Uno de los grandes beneficios de las aves es que sirven para establecer qué tan saludables están los ecosistemas. Lamentablemente la sequía ha producido una disrupción del ciclo de vida del ecosistema lacustre este año, sumado a otras sequías relativamente recientes (2016 y 2003) que han dejado su huella negativa. En conteos realizados por el Grupo Tinglar desde el 2000 al 2006 se estableció que la laguna de Cabral es el tercer humedal en importancia para migración de anátidas en América Latina, con números consistentes sobre los 90,000 individuos en cada temporada. Esto será difícil que pase este año, pues aunque haya agua el ecosistema tardará unos meses en recuperar sus distintas interacciones. El lecho de este refugio de vida silvestre es en la actualidad un desierto. Hace años se veían en la laguna muchos Gallitos de Agua, una especie que depende mucho de la vegetación acuática. La última vez que se reportó fue un ejemplar en el 2017. En el pasado se han reportado Tántalos americanos o Cocos Faisanes (Mycteria americana) y Caimanes (Crocodylus acutus) entre otras especies que ya no existen en la Laguna (Fernando Arturo de Meriño - Elementos de geografía física, política e histórica de la República Dominicana, 1889. Editado por Garcia y Hermanos). Entre las aves, una de las especies de mayor preocupación es la Yaguaza (Dendrocygna arborea), clasificado con un grado de amenaza de Vulnerable para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Durante una visita de Campo en julio pasado para documentar la sequía, pudimos ver muchos especímenes muertos de biajacas (Nandopsis haitiensis) e hicoteas sureñas de la Española (Trachemys decorata), entre otras especies emblemáticas de esta reserva de vida silvestre. De igual manera decenas de miles de caracoles turritélidos, que a su vez son alimento de aves y peces en esta laguna. Y estos son solo algunas pocas de las especies de peces, aves, reptiles, anfibios, insectos y otros invertebrados relacionados con esta laguna.

¿La temporada de lluvia y el agua que llega a la laguna solucionaría el problema? ¿Por qué?

El agua de lluvia debe ser el comienzo de la recuperación de la laguna y del impacto positivo que tiene en las distintas comunidades, pero debemos estar claros en una cosa: el agua no va a reparar por arte de magia lo que se rompió con la sequía y posterior desaparición del espejo de agua. Con cada sequía desaparece algo y con cada eslabón perdido resulta más difícil restablecer las relaciones de este ecosistema. Debajo del agua ahora hay lo mismo que cuando el lecho estaba seco, mucha muerte. Es verdad que con el agua del río llegan larvas y algo de peces, pero las plantas acuáticas toman su tiempo para crecer y aposentarse. Otro problema que se ha hecho más evidente es la gran sedimentación que tiene la laguna, y que va de hecho a empeorarse con la cantidad de agua que llega a través de los caños luego de fuertes huracanes y tormentas. La posibilidad de tener que dragarla para evitar su desaparición por colmatación es algo que se debe evaluar.

¿Qué diferencia hay entre esta y sequías anteriores en la laguna?

Me parece que con la completa desaparición del espejo de agua de la laguna, literalmente tocamos fondo. La diferencia es que no podemos esperar un evento peor que nos estremezca. Tenemos el deber de involucrarnos todos a quienes nos importa la conservación y nos importa el bienestar de las comunidades que interactúan con la laguna. Es hora de que entendamos mejor los procesos de este importante reservorio de agua dulce, que vayamos definiendo derechos, pero también deberes.

¿Alguna recomendación para evitar que la laguna llegue a los extremos de sequía que ha llegado recientemente?

La sequía, exponenciada por el cambio climático, va a seguir ocurriendo, por eso es bueno contemplar en la gobernanza del agua de la región. La sequía meteorológica primero y luego la hidrológica debe preverse. En un país isleño, el agua es asunto de vida. Hay que crear las condiciones para un justo reparto del agua y también hay que reforzar la protección de los bosques que captan agua para los acuíferos del Yaque del Sur y sus afluentes a todo lo largo de su recorrido.

DESPLAZO DE JICOTEAS

Pablo Féliz, estudiante de término de Biología que realiza su tesis sobre las jicoteas de la laguna Cabral, dice que muchos de los efectos de la sequía producen desplazamientos de la jicotea sureña (Trachemys decorata) a otros refugios, así como cambios en la alimentación, reducción e incremento de la mortalidad de individuos. También aumenta el grado de vulnerabilidad entre los depredadores. Oriundo de la comunidad El Cajuil, de Oviedo, el técnico de investigación del Grupo Jaragua asegura que la participación comunitaria en el proceso de conservación de la biodiversidad es un elemento prioritario, pues “las comunidades locales conocen muy bien los recursos naturales que el investigador o institución pretende conservar o investigar, ya sea por los beneficios culturales o económicos que este les pueda generar a las comunidades alrededor del mismo”. “En nuestro proyecto de conservación de la jicotea sureña en el Refugio de Vida Silvestre Laguna Cabral o Rincón hemos capacitado en materia de conservación a un grupo de jóvenes preocupados por la conservación del refugio, jóvenes que hoy día son elementos importantes en el monitoreo y vigilancia de dicho refugio”. Apunta que de esta forma se ha ido generando un proceso participativo en sí mismos y con la comunidad en general, “tanto así que nos mantienen informados de las eventualidades que puedan atentar con la armonía de la flora y la fauna del refugio”. “Paso a paso el empoderamiento de las comunidades en el cuidado y protección de los recursos naturales está creciendo, gracias al esfuerzo de instituciones como el Grupo Jaragua y sus proyectos de medio de vida alternativo en las comunidades”.

ARTÍCULO RELACIONADO

¿Qué está pasando en la laguna Cabral o Rincón? Entrevista con Andrea Thomen y Elmer González

La laguna, de 28 kilómetros cuadrados, ocupa el 44 % del área total del refugio, de unos 65 kilómetros cuadrados. Pedro Genaro

Pablo Féliz: Paso a paso el empoderamiento de las comunidades en el cuidado y protección de los recursos naturales está creciendo, gracias al esfuerzo de instituciones como el Grupo Jaragua y sus proyectos de medio de vida alternativo en las comunidades.

Pedro Genaro: Es hora de que entendamos mejor los procesos de este importante reservorio de agua dulce, que vayamos definiendo derechos, pero también deberes.

Un hurón depredando huevos de jicotea.   Cortesía Pablo Féliz

Equipo de monitoreo de la jicotea sureña en laguna Cabral o Rincón. Cortesía Pablo Féliz