‘Etiqueta Covid-19’: La vergüenza de ser señalado
Las personas lo tratan como un secreto y se culpabiliza a quien lo tiene.
El Covid-19 y las consecuencias que ha generado como pandemia global se puede catalogar como una experiencia traumática que se vive al infectarse. Hay personas que son asintomáticas, otras que tuvieron síntomas leves, otras que hicieron gravedad y fueron hospitalizadas y se recuperaron, y otras que mueren.
La persona que tiene Covid-19 y la ingresan no cuenta con un apoyo ni familiar, ni social, ni psicológico. Está enfrentado a una probabilidad muy grande de poder morir y esta situación genera un alto nivel de estrés y miedo.
Se juzga a quien lo tiene como si fuera irresponsable frente al virus. La persona infectada siente vergüenza, se cuestiona. ¿Y si mis familiares se infectaron por mí? ¿Me voy a morir? ¿Qué tipos de daños físicos y psíquicos tendré? Entre otras preguntas preguntas que le atormentan.
Cuando un virus con la capacidad de mortalidad que tiene este se trata con sigilo y misterio, se instaura en el imaginario individual y colectivo como un estigma. Se elimina la posibilidad de que estas personas puedan ser acompañadas psicológicamente.
Los individuos que se han recuperado del virus quedan con secuelas psicológicas importantes como sintomatología depresiva, ansiosa, afectación del autoconcepto, autoeficacia y la valoración propia, como demostró el seguimiento que se hizo a las personas recuperadas del SARS en 2005 durante el primer mes post-enfermedad del SARS según los investigadores Cheng & Wing.
La falta de una estructura psicológica y psiquiátrica a las personas que lo han sufrido y a sus familias provoca la manifestación de trastornos mentales, somatizaciones, inseguridades y dificultades emocionales. Y esto también lo sufre el personal médico de primera línea que está viviendo en riesgo diariamente.
Sus transformaciones El Covid-19 ha modificado y generado nuevas maneras de procesar el duelo que se están comenzando a incorporar y ha impactado los rituales culturales relativos al luto provocando duelo anticipatorio y de duelos inconclusos.
Tratar el virus desde el estigma y el auto-estigma impide acompañar a las personas con las consecuencias psicológicas y de salud mental esperada.