REFUGIO FILOSÓFICO
Mujeres, ¡es hora de trascender de estos silencios!
A pocos años de que se cumplir un siglo de haberse iniciado la lucha de las sufragistas por la superación de la desigualdad política y derechos civiles de las mujeres, hoy seguimos arrastrando diferencias en el acceso a los puestos, en especial, en aquellos de toma de decisión.
Se ha reflexionado bastante, sobre el rol de las mujeres dentro del Estado, Platón en “La República”, escribe sobre la construcción de una sociedad perfecta, y reconoce que todas las personas, sin importar el sexo deben tener las mismas oportunidades en el ámbito laboral, ya que ambos tienen facultad para dirigir el Estado o sus instituciones.
Pensar a las mujeres como ciudadanas, con libertad de derechos, incluyendo el de participar en política y ocupar posiciones importantes, sigue siendo un tema en el que todavía hay que instituir y hacer llamados de atención, lo que es desgastante y desconcertante.
Recientemente, el presidente electo Luis Abinader, anunció que designará sólo gobernadoras en las diferentes provincias, confieso que saludé la decisión porque es necesario que se comience a trabajar el enfoque de género desde las provincias, y más cuando contamos con la Ley Orgánica de la Estrategia Nacional de Desarrollo que es muy puntual en torno a esta transversalización en los gobiernos locales.
Sin embargo, es insuficiente, más cuando es de conocimiento notorio que las gobernaciones provinciales poseen un pobre alcance jurídico y que sus funciones son prácticamente nulas. Incluso, es una figura que debe desaparecer.
Hay que recordar que el PRM, en su plan de gobierno plantea de forma precisa: “Promover la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones del Poder Ejecutivo y otros sectores sociales”, y que: “se compromete a impulsar el Proyecto de Ley de Paridad, con lo que se superará la política de la cuota, para que las mujeres reciban un trato igualitario en sus partidos políticos”.
Del rol y desempeño de las mujeres dentro del Estado mucho se ha hablado y poco se ha hecho. Es un tema tan rancio como la historia de la humanidad misma.
¿A qué se debe que sigamos siendo designadas a puestos asistenciales?, ¿por qué se supone que merecemos puestos de “segunda”? Históricamente, se entiende que nuestra actuación siempre se considera desde una esfera privada, el paso para lo público es angosto.
Esta ideología es propia del sistema patriarcal y capitalista, instancia de poder que necesita como base perpetuar esta forma de opresión para mantener su hegemonía.
Esta dificultad en el acceso pone un "techo de cristal" a la participación femenina, lo cual constituye unas limitantes exteriores que se relaciona con el funcionamiento de los partidos políticos y del sistema en su conjunto. Se traduce como un déficit democrático.
Hemos estado excluidas de los libros, de los relatos, los contenidos, los avances científicos, de las aulas, de la academia, en fin, en todos los ámbitos. El reconocimiento de las mujeres como protagonistas sociales ha estado reducido a actos de voluntad epistemológica discretas.
Mary Wollstonecraft quien escribió sobre el feminismo como filosofía política, reivindicó los derechos de las mujeres, y argumentó que si la libertad, los derechos y la ciudadanía se consideran un bien, no hay ninguna razón ni en la naturaleza ni en otro lugar por la cual excluir a la mitad de la humanidad de ese bien.
Pese a que, desde la filosofía, antropología, sociología, política, como otras ramas se ha estudiado su rol, las sociedades continúan siendo machistas, donde toda la organización social es reservada a los hombres, y donde hemos tenido la dura tarea de visibilizar las deficiencias en torno a estos temas: liderazgo político, autoridad, privilegios sociales y hasta el control sobre la propiedad. Seguimos subrepresentadas.
La paridad de acceso a los roles de liderazgo, no solo es lo justo, sino también que es más productivo. Una investigación reciente del PNUD encontró que la participación femenina en la administración pública y en los roles de toma de decisiones está correlacionada positivamente con el desarrollo económico y la igualdad de género en la sociedad. Además, el estudio sugiere que crea un entorno propicio para un gobierno mejor y más efectivo.
En la actualidad, República Dominicana cuenta con 22 ministerios sólo tres son ocupadas por mujeres. Urge la necesidad de un gabinete igualitario, que represente la diversidad de nuestro país, inclusivo y sin discriminación de ningún tipo, donde estén los y las mejores para sacar nuestro país adelante, lo que es oportuno, prudente y necesario.
La igualdad de género no es sólo una demanda prudente, sino que también pertinente. Significa nuestro derecho para disfrutar en las mismas condiciones la plena realización de nuestros derechos humanos y ser partícipes en la contribuir al desarrollo de un país más inclusivo.
“Mujer, ¡despierta! La campada que toda la razón suena por todo el universo, ¡conoce tus derechos!”, Olympe de Gouges. ¡Es hora de trascender de estos silencios!